Mongol

Crítica de Carlos Herrera - El rincón del cinéfilo

Esta realización épica cuenta la historia de Genghis Khan desde su niñez. Como a todo niño, los sucesos de esa etapa de su vida lo marcaron para siempre y justifican, en cierto modo, las acciones y decisiones del conquistador mongol cuando ya fue adulto. El guerrero Temüjin, tal su verdadero nombre, fue quien logró unificar a las dispersas tribus mongoles y formó un gran imperio con el que conquistó el norte de China y casi todos los reinos asiáticos además de parte de la Mesopotamia y Europa Oriental.

En esta historia el espectador comprueba que la férrea voluntad de Temüjin se ve fortalecida por la similar personalidad de su esposa Börte, justamente el secuestro de ésta es la que provoca la reacción guerrera que comienza a gestar el imperio mongol.

Esta obra es el séptimo trabajo cinematográfico del realizador ruso Sergei Bodrov y fue filmada en el año 2007 como producción de Kazajstán, Rusia, Mongolia y Alemania.

El guión del mismo Bodrov acompañado por un equipo compuesto por otros cinco guionistas, respeta rigurosamente la historia del personaje central y si bien hace algunas ligeras referencia filosóficas en cuanto a que el derecho a gobernar un pueblo tiene un origen divino, no profundiza en este terreno abocándose, en la mayor parte de la proyección a mostrar magníficas escenas de batallas en las estepas asiáticas y mostrar la firme relación del protagonista con su esposa.

También se desarrollan por completo subtramas que enriquecen la semblanza que se lleva el espectador del legendario conquistador al tocar temas como la envidia, la ambición desmedida, la traición y también la sólida amistad y el temple anímico.

Es de destacar que se trata de una producción que fue nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera (2007) y que si bien contiene algunas reiteraciones que por momentos la hacen lenta, no está hecha con un sistema didáctico sino como una historia cinematográfica que debe atrapar al espectador, algo que sucede en la mayoría de los 126 minutos que dura la proyección. Además forma parte de la trilogía sobre Genghis Khan que Sergei Bodrov tiene preparada y cuya segunda entrega será “El gran Khan”, que ya finalizó su etapa de postproducción y tiene previsto su estreno para fines de este año.

Quizá habría que señalar que a Bodrov se la pasó por alto que el personaje del traidor Targutai (encarnado por Amadu Mamadakov) no puede tener exactamente la misma fisonomía a lo largo de veinte años, y mucho menos en el seco clima estepario.

Las interpretaciones son correctas, los roles están perfectamente definidos y cerrados desde el guión por lo tanto eso facilita las labores de los actores destacándose el trabajo realizado por Khulan Chuluun como Börte, la esposa del protagonista; aunque como la madre del mismo, la actriz Aliá muestra por momentos una gesticulación un poco europea poco acorde con la de una mujer mongol. El actor chino Sun Honglei en el rol del “hermano de sentimiento” Jamukha logra transmitir hábilmente los cambios anímicos que su personaje le exige. Y Tadanobu Asano, como Genghis Khan, apoya su labor en un phisique du rol muy adecuado.

El espectador se entretiene y llega a conocer una parte de la historia internacional que no figura en los libros escolares argentinos con demasiada extensión.