Miss Peregrine y los niños peculiares

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Miss Peregrine y los niños peculiares es casi el regreso de Tim Burton a su lugar de confort y manera de hacer las cosas bien. Digo “casi” porque no termina de poner toda su impronta y por momentos muchos elementos se ven forzados.
Sin embargo me animo a decir que es su mejor película en muchos años con la excepción de Frankenweenie (2012) porque vuelve a meterse en el mundo de la fantasía con un outsider como protagonista.
Tal como se espera en cualquiera de sus films la dirección de arte es soberbia al igual que la caracterización de todos los personajes de los cuales muchos de ellos darían miedo en otro contexto y otro tipo de film.
Asimismo le faltó algo muy importante que acompañe: la música de Danny Elfman porque si bien la banda sonora aquí está bien ni por asomo logra esa gran maridaje que el compositor supo tener con el director en muchas de sus obras.
El elenco es bastante sólido y si bien se puede decir que a Asa Butterfield le falta un poco de carisma no parece que sea su culpa sino del guión y de cómo está concebido el personaje.
Los que hayan leído los libros podrán identificar esto con facilidad al igual que emitir opinión sobre la mismísima Miss Peregrine que aquí se adueña de la pantalla en la piel de bella Eva Green cada vez que aparece.
Además del resto de los niños y Samuel Jackson, siempre es muy bueno ver a Terence Stamp en el cine.
La historia es dinámica y entretenida pero para algunos espectadores se le puede hacer un poco larga sobre todo hacia el final.
Pese a sus defectos Miss Peregrine y los niños peculiares es una buena película que invita a un mundo de fantasía cinematográfica con tinte burtonesco, algo que en este caso es muy atractivo.