Miss Peregrine y los niños peculiares

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

El poder creativo de una persona se basa en su seguridad; su confianza en plasmar su visión fresca, poderosa, original sin importar los riesgos que denote. El problema con la intensidad de este pensamiento es que, cuando un artesano es golpeado por su primer fracaso, son realmente pocos los que salen indemnes. Hay algo de orgullo herido, otro poco de desconfianza, lo cierto es que una vez que muerden el polvo no suelen continuar con la seguridad que tenían antes (es como un jugador de Rugby que se ha quebrado, y ahora no anima a exponerse con la intensidad que tenía antes por miedo a otro accidente que termine con su carrera). A Schwarzenegger le pasó con El Ultimo Gran Héroe - el primer fracaso comercial de su carrera - y todo lo que siguieron fueron manotazos de ahogado y secuelas, una seguidilla de decisiones desesperadas para intentar recuperar la gloria perdida. A Tim Burton, en cambio, lo golpeó el flop de Marcianos al Ataque! (1996), en donde el tipo genial de El Joven Manos de Tijera, Batman y Beetlejuice dió paso a un individuo repetitvo, refugiado en los temas seguros que siempre lo caracterizaron y apertrechado con la troupe de actores que le garantizó cierta respetabilidad despues del derrumbe. Burton ha tenido algún que otro taquillazo - como Alicia en el Pais de las Maravillas (2010) - pero la critica, respecto de su trabajo, ha seguido dividida.
Miss Peregrine y los Niños Peculiares no es ni por asomo el comeback que estábamos esperando de Burton. En muchos sentidos es un filme experimental - sale de su estilo gótico, deja atrás a Johnny Depp y Helena Bonham Carter (habitués de siempre, divorciado de la última), y se mete con una novela de boga de la llamada Literatura para Jovenes Adultos -, pero es blando y dispar. Es como si la separación de Bonham Carter lo hubiera dejado sin su musa de emergencia, y acá Burton luce distraído, apurado, sin el aplomo de siempre. El primer detalle es el mediocre elenco con el que se maneja. Desde ya hay nombres que garantizan perfomances decentes como la siempre efectiva Eva Green, Judi Dench (en poco mas que un cameo), Samuel L. Jackson, Rupert Everett (que parece un muñeco de cera pasado de botox) y Terence Stamp pero el resto bordea lo espantoso. Asa Butterfield (que estaba genial en El Juego de Ender) está crecido y alto pero es incapaz que decir sus lineas con convicción. El grueso de los chicos del orfanato van de lo chato a lo mediocre, incluyendo a Finlay MacMillan que hace de una suerte de antagonista (temporal) de Butterfield, pero que sólo frunce el ceño para asustar a alguien. Hasta Samuel L. Jackson tiene sus momentos terribles ya que, si bien el filme no es para niños (tiene varias escenas tremendas con los demonios devoradores de ojos), el libreto lo pone a decir pavadas infantiles en el momento que está peleando con los chicos palmo a palmo una cuestión de vida o muerte. Y el peor ofensor de los sentidos es Chris O'Dowd, que es patético en cada una de sus intervenciones. Hay una escena tan extraña como estúpida en donde O'Dowd va a explicarle a Butterfield lo que sentía él respecto de su padre (Terence Stamp), para lo cual se sienta en un sofa, vomita una parrafada en dos segundos y se levanta y se va. ¿Para qué diántres te sentás en un sofá para explicar algo que sólo consume 10 o 20 palabras?. Error del intérprete, o error del enfoque del director (un cambio de cámara que anticipa solemnidad o una revelación importante, no una idiotez), o error de un libreto que merece mas de una pulida para funcionar como corresponde.

Honestamente, Miss Peregrine y los Niños Peculiares es un filme mas espectacular que efectivo. Hay muchas cosas que van reñidas fuertemente con la lógica (como hacer funcionar un transatlántico hundido así de la nada, sin tener carbón para las calderas, y manejando mandos fundidos por el óxido y los corales del fondo del mar; o gente respirando en una habitación submarina cuyo total de aire ha sido exhalado por una de las protagonistas... el cual debería ser puro y venenoso anhidrido carbónico!), hay explicaciones que no explican (como el tema de los dichosos bucles que crean las ymbryn), y hay villanos que son mas patéticos que malvados. Los monstruos asustan, pero el problema son los jefes que tienen, los que no tienen dos dedos de frente.

Miss Peregrine y los Niños Peculiares precisaba otro libretista (no la chica que escribió Kick Ass, que sabrá cómo patear traseros pero no es capaz de hacer un drama decente plagado de nostalgia y ribetes fantásticos). Lo que hay acá no funciona la mitad de las veces y cuando lo hace, distrae la escasa efectividad de los intérpretes. Hay escenas geniales, pero están en búsqueda de una pelicula que las amerite (la cual no es ésta). Ni los homenajes a Ray Harryhausen están dirigidos como corresponde - la pelea en el muelle entre esqueletos reanimados y demonios (propia del clásico Jason y los Argonautas) es tan rápida y mal editada que es imposible disfrutarla -, ni el final es satisfactorio. Burton cocina esta mezcla de la Escuela de Chicos Dotados del profesor X con Hechizo del Tiempo, y termina generando un estofado que se ve bárbaro pero sabe a poco, plagado de inconsistencias que hunden el virtuosismo visual del director.