Misión Imposible 5: Nación Secreta

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

El tiempo se agota y las máscaras caen

Con ritmo enloquecedor, certeros gags y buenos villanos, el quinto eslabón de la saga de acción y espionaje mantiene la tensión del espectador. Tom Cruise aguanta la respiración y hasta se trepa a un avión en pleno despegue.

Con sus logradas secuencias de acción, personajes de apariencias engañosas, asesinos que se mueven de un bando a otro y con la presencia carismática de Tom Cruise, Misión Imposible: Nación Secreta entrega una quinta parte -superior a la anterior en cuanto a la efectividad de situaciones que presenta- y enhebra una historia donde el perseguidor se convierte en perseguido. Ethan Hunt -Cruise- y su equipo tienen que borrar del mapa al Sindicato, la organización secreta e internacional cuyas habilidades son similares a las del protagonista.

Secundado una vez más por el divertido Benji -Simon Pegg- y con la inquietante y seductora Ilsa -Rebecca Ferguson- como una asesina que se mueve entre ambos bandos, la película de Christopher McQuarrie -antes trabajó con Cruise en Jack Reacher- trae desde el comienzo la esperada y promocionada secuencia del avión, en la que el astro no usó dobles.

Pero eso es sólo la punta del iceberg de una trama bien orquestada donde el juego de máscaras irá dejando al descubierto las maniobras y operaciones de cada una de las agencias secretas. En ese sentido, la escena del atentado al Canciller de Austria, jugada en el teatro durante la representación de Turandot, da en el blanco por la tensión y la adrenalina que genera. Las peleas en lo alto de la parrilla de iluminación son potenciadas por el Nessun Dorma de Puccini y preparan el terreno para lo que vendrá.

Los certeros gags siempre a cargo de Simon Pegg, el desquiciado villano que encarna Sean Harris -junto a sus secuaces, como el "rompehuesos"- y la convincente actuación de Alec Baldwin hacen que el espectador, al igual que el protagonista, aguante la respiración o experimente el vértigo sobre una moto para conseguir la información que necesita en los momentos menos oportunos y en los lugares más peligrosos.

Por la saga pasaron directores como Brian de Palma, John Woo, J.J. Abrams y Brad Bird, con resultados desparejos entre una entrega y otra, pero Christopher McQuarrie parece haber encontrado el rumbo y el timing exacto para una mecha que nunca quiere apagarse.