Misión Imposible 5: Nación Secreta

Crítica de Carlos Schilling - La Voz del Interior

Una descarga de electricidad

Misión Imposible 5 sigue siendo uno de los mejores productos de entretenimiento masivo de Hollywood.

Explosión menos, explosión más, persecución menos, persecución más, todo lo que sucede en Misión Imposible 5, nación secreta ya se vio en alguna de las anteriores. Sin embargo, por esa clase de milagros que procuran sagas como las de James Bond o Batman, sigue siendo uno de los mejores productos de entretenimiento masivo que hoy está en condiciones de ofrecer Hollywood.

La intriga y la acción recorren de punta a punta la trama como una descarga de electricidad, y en esa constante suba de tensión hay suficiente espacio para el sentido del humor, la insinuación romántica y el culto de la amistad. Todo en su punto justo, como si cada uno de esos componentes fuera un engranaje de un instrumento de precisión.

El responsable de esa armonía ideal es Christopher McQuarrie, un guionista talentoso (Los sospechosos de siempre, Operación Valquiria, Al filo del mañana) que en esta película demuestra que la diferencia entre un producto adocenado y una obra impecable a veces sólo es cuestión de ingenio bien aplicado.

Y si algo se necesita en un género como el espionaje es ingenio. Pese a que la realidad ha demostrado que la inteligencia no sobra en los servicios de inteligencia (ver la magnífica: El hombre más buscado), en esta clase de ficciones es la premisa fundamental. McQuarrie (que también firmó el guion) dibuja una trama en la que no faltan vueltas de tuerca y ambigüedades, aun cuando sean complicaciones de digestión rápida y no exijan el gasto de demasiada materia gris para captarlas.

Esta vez Ethan Hunt (Tom Cruise) y su equipo deben enfrentar una misteriosa organización terrorista internacional llamada "el Sindicato". No se conoce cuáles son sus fines ni quién la lidera, por lo que resulta díficil justificar las costosas operaciones para desactivarla, más en un contexto político en el que se ha decidido la disolución de la Fuerza Misión Imposible.

Además de esos problemas burocráticos, no hay muchas conexiones entre el mundo tradicional de los espías y esa nación secreta (de allí el subtítulo de la película) cuyas acciones terroristas no llevan ninguna firma, salvo que tienen la forma de extraños accidentes y catástrofes. La delgada línea entre conspiración y fantasía paranoica es más invisible que nunca en este caso.

De todos modos, uno de los puntos de contacto entre ambas realidades es la agente Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), una bella y letal espía que no se sabe muy bien para qué bando juega y que prácticamente es la coprotagonista. Se trata de un perfecto ejemplar de chica poderosa, esa figura cada vez más recurrente en el cine de acción y que aquí forma una excelente dupla con Cruise (quien por cierto mejora en la medida en que se muestra vulnerable).

Como en un juego de ajedrez en el que la piezas se mueven en cámara rápida y sangran o explotan a cada rato, Misión Imposible 5 da todo lo que se espera de ella y un poco más, y eso la ubica, sin problemas, entre las mejores películas de entretenimiento del año.