Misión Imposible 4: Protocolo Fantasma

Crítica de Alexander Brielga - Cine & Medios

Esta es la propuesta, si decide aceptarla

Esta cuarta entrega de la versión cinematográfica de la serie televisiva "Misión Imposible" está hecha a la medida del ego de Tom Cruise, mucho más que las anteriores. En este caso el argumento fuerza un conflicto con Rusia, desempolva la "guerra fría" y desarrolla una trama tan trillada y floja de argumento que solo le queda la acción.
La mala noticia es que la acción por la acción misma se parece mucho a subir a una montaña rusa, algo que tiene gracia por un rato nomás. El paso para que algo excitante pase a ser soporífero es muy corto y el director Brad Bird consigue darlo con precisión.
Engolosinado por el uso de gadgets a lo James Bond pero sin la gracia de ese personaje, Cruise hace lo que puede con Ethan Hunt, espía irrompible que encara sus misiones arriesgando lo máximo con tal de robar cámara. Así, el bueno de Cruise escala una torre en Dubai -con el consecuente apoyo de marketing que indica que la escena la hizo sin dobles-, salta entre plataformas, se desliza por un cable con su cinturón, etc.
Pero el descuido llega al punto de desaprovechar al actor sueco Michael Nyqvist (""Los Hombres que no Amaban a las Mujeres") a quien le hacen poner cara de malo o quitarse máscaras al mejor estilo Scooby Doo sin que pueda desarrollar su rol por sí mismo.
Es justo señalar que las escenas de acción están muy bien realizadas y algunas tomas son absolutamente espectaculares. A algunos con eso tal vez les alcance. A otros no.