Mis huellas a casa

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

El director de “Dolphin Tale” (2011) y “Air Bud” (1997) nos trae otra película centrada en un animal como protagonista. “A Dog’s Way Home” está basada en una novela de W. Bruce Cameron, el mismo escritor de “La Razón de Estar Contigo” (“A Dog’s Journey” en su título original), un relato de sobre un perro que vive varias aventuras en distintas vidas que le toca transitar, obra de fantasía que en pocos meses presentará su secuela en la pantalla grande.

Al parecer volvieron a estar de moda este estilo de películas y por eso no tardó en llegar esta especie de spin-off del escritor de la saga canina. El problema de este tipo de films es la manipulación emocional, los golpes bajos y el sufrimiento por el que se hace marchar tanto al personaje protagónico como al mismo espectador. “Mis Huellas a Casa” circula por un terreno montañoso pero no logra ser tan deprimente o insoportable como para no disfrutar del viaje que se propone narrar. Bella es una cachorra de pitbull (cuya voz interior es interpretada por Bryce Dallas Howard) que sobrevive en un terreno baldío junto a su madre y a varios gatos. Un día la agencia de Control de Animales se lleva a casi todas las mascotas abandonadas que viven allí pero Bella, ayudada por una gata, consigue escapar de ese cruel destino. Lucas (Jonah Hauer-King), un vecino de la zona que vive con su madre Terri (Ashley Judd), una veterana de la guerra de Irak, decide adoptar a la pequeña cachorra, sin embargo, uno de los empleados de la perrera le da un ultimátum para sacar a Bella de la ciudad (Denver, Colorado, tiene una política de prohibición a los Pitbulls) bajo la amenaza de sacrificarla. Así es como Lucas decide dejar en un hogar transitorio a Bella hasta poder encontrar algún departamento en alquiler en las afueras de la ciudad para poder conservar a su mascota. El problema es que ni bien encuentra su nuevo hogar y va en busca de Bella, esta última escapa del lugar transitorio emprendiendo un viaje de más de 400 millas en busca de su dueño.

El largometraje representa un ejercicio bastante clásico y convencional que abusa un poco del recurso de la voz en off del perro pero que, no obstante, se mantiene a flote gracias a la emotividad, unos pasajes sumamente entretenidos y ciertos aspectos conmovedores que trae aparejado el relato. Quizás algunos golpes de efecto se sientan algo innecesarios y hasta tortuosos pero los amantes de los animales disfrutarán del viaje de Bella en busca de su dueño.

Por otro lado, sorprende el CGI (las imágenes generadas por computadora) en las secuencias donde la perrita debe fraternizar con un cachorro de puma que queda huérfana luego de que un grupo de cazadores maten a su madre y en los enfrentamientos con una manada de lobos que siguen a ambos animales cuando se pierden en el bosque (sí, la fantasía por momentos suena excesiva pero también aporta mucho al entretenimiento de la cinta).

“Mis Huellas a Casa” es un film familiar con un mensaje ecológico y pro naturaleza que llamará la atención de los niños y de los amantes de los animales. Una película que no gana puntos por originalidad pero que apela a la emoción y a la sensibilidad del espectador por medio de una narración acertada.