Miró. Las huellas del olvido

Crítica de Diego Brodersen - Rolling Stone Argentina

Había una vez un pueblo llamado Mariano Miró... que desapareció completamente de la faz de La Pampa.” Así podría comenzar el nuevo documental de Franca González, de no ser por la ausencia absoluta de una voz en off que regule el relato. Las que sí se escuchan son las voces de aquellos que todavía son capaces de rememorar los recuerdos de sus abuelos, como así también las de la gente que recorre ese campo de soja y aledaños recolectando pequeños fragmentos del pasado. González acompaña a un pequeño grupo de arqueólogos al tiempo que un trozo de copa o una astilla de un plato de comienzos del siglo XX son desenterrados del simbólico camposanto. Nacido a la sombra del tendido férreo pampeano, Miró creció durante un par de décadas y fue eliminado de un plumazo por los dueños de las tierras, sus habitantes desperdigados en dos pueblos cercanos, el único resabio visible de esos tiempos es la típica estación de trenes, hoy mantenida como casa de alquiler. Esa es la historia de este documental apasionante que, de manera indirecta, relata un pedazo de historia de una Argentina no tan lejana: la de los inmigrantes que llegaron de Europa para poblar aquellos territorios del país que todavía necesitaban ser domados.