Mira cómo corren

Crítica de Sebastián Arismendi - Cinergia

Todos son sospechosos

Desde el estreno de la película Entre navajas y secretos (Knives Out, 2019) y las recientes dos temporadas de Only Murders In The Building (2021), ha resurgido la comedia detectivesca. El género que parecía ya muerto conlleva un homenaje a los clásicos literarios de Agatha Christie y Sherlock Holmes. El misterio es lo principal y todos son sospechosos, aunque uno más que otro, se pueden dar giros de trama interesantes o predecibles.

Hace poco pude ver la adaptación argentina de Tijeras Salvajes (Schrenschnitt, 1963) de Paul Portner y dirigida por Manuel González Gil. Al ver esta obra no pude no pensar en Mira cómo corren, porque había visto la película un día antes y las ideas y asociaciones seguían frescas.

¿De qué va Mira cómo corren?
La historia nos lleva a Londres de la década de 1950. Un engreído director de cine estadounidense (Adrien Brody) quiere adaptar al cine una famosa obra de teatro que, a su vez esta se basa en un libro de Agatha Christie. Varios miembros de la producción son asesinados de forma misteriosa. El desmotivado inspector Stoppard (Sam Rockwell) y la inocente pero determinada oficial Stalker (Saoirse Ronan) deben resolver el crimen. El film supone el debut del joven director británico Tom George (quien ya dirigió episodios de series para la BBC) junto al guionista Mark Chappell.

Los primeros diez minutos son eléctricos, esto es gracias al montaje y recursos como la pantalla dividida, la cual permite ver las reacciones y acciones de los demás personajes. Luego es una montaña rusa de ritmo en lo que, si bien conocemos las historias y dinámicas de los personajes, se pierde el foco del crimen a resolver.

Al ser una comedia es claro que tendrá chistes y momentos hilarantes, no todos funcionan, pero la hacen simpática y es Ronan quien aporta el alma de la película. Su personaje de oficial novata, pero llena de entusiasmo, logra transmitir al público carisma y empatía.

El misterio de saber quién es el asesino es lo que deja al espectador con intriga, al principio todos los personajes parecen serlo, pero es acá donde entran los juegos y trampas del guion. El saltar de culpable en culpable nos hace estresar y querer saber qué está pasando, para ellos habrá pistas que conduzcan hacia esto por lo que el espectador se vuelve un detective más.

Mira cómo corren rompe la cuarta pared, pero no de una forma descarada, sino inocente; esto permite más dinamismo dentro de sus muchas conveniencias y obviedades. Si somos conscientes de que el producto que se nos ofrece es el mero entretenimiento y que no será el más destacado dentro de la larga lista de comedias detectivescas, se disfruta.