Mini espías 4 y los ladrones del tiempo

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Robert Rodriguez, al frente de la cuarta entrega de la saga de acción

Ahora en 3D, los pequeños espías vuelven a demostrar su valentía para imponer paz y justicia en un universo al borde del colapso. Marissa es aquí una bella mujer casada con un periodista y acaba de ser madre, lo que no les cae bien a Rebeca y a Cecil, los hijos adolescentes del primer matrimonio de su padre. Lo que toda la familia ignora es que ella fue una agente secreta que decidió convertirse en ama de casa. Pero su vida volverá a cambiar cuando un maníaco conocido como Timekeeper amenace con apoderarse del planeta mediante un sistema en el que el tiempo corre a velocidad inusitada.

Su anterior jefe la convoca para la investigación que dará por tierra con las intenciones del malvado, y aquí intervendrán sus hijastros, quienes comenzarán a vivir una serie de alocadas aventuras que pondrán en peligro a Marissa y a toda la asociación de espías. Rebeca y Cecil, mientras tanto, procuran con ingenio detener la marcha del tiempo y así se enfrentarán con el siniestro jefe del operativo, alguien que tratará de volver a su infancia para hacerse perdonar por su padre.

El director Robert Rodriguez, ya muy avezado en narrar estas historias, vuelve aquí a poner su ingenio en un original guión. Nada falta en esta producción para que los adolescentes, y también los mayores, pasen una hora y media de diversión en medio de apocalípticos escenarios, de corridas, de peligros a cada paso y de la necesidad de mostrar que con valentía y esfuerzo la paz puede retornar desde los más intrincados senderos.