Minari

Crítica de Damián Diderich - Geeky Revista

Una conmovedora película estadounidense con alma coreana

Se acercan los premios Oscar 2021 y Minari, la película de Lee Isaac Chung, es una de las grandes favoritas.
En los últimos tiempos el cine surcoreano ha estado creciendo mucho en calidad y expandiéndose hasta Occidente, movimiento que se potenció con las múltiples consagraciones de Parasite, la sátira de Bong Joon-ho que hizo historia cuando ganó como Mejor Película de habla no inglesa y obtuvo también el máximo galardón a Mejor Película en la misma gala de los Oscar 2020. Por este motivo y por mérito propio es que Minari se posiciona como una de las grandes favoritas para la entrega de este año, pese a tratarse en realidad de una producción estadounidense que cuenta la conmovedora historia de una familia del país asiático y que mantiene todos esos rasgos tan característicos de la filmografía del territorio.

Crítica Minari oscar 2021

Minari se centra en David, un niño coreano-americano de 7 años, y en toda su familia. Es un relato más de una familia que escapa de los conflictos que se viven en su país de origen y llegan a los Estados Unidos en busca del “sueño americano”. Mientras su madre Mónica (Han Ye-ri) trabaja en una empresa avícola, su padre, Jacob (Steven Yeun), hace lo mismo a la par que lucha por tener su propia granja de vegetales coreanos. David y su hermana intentan adaptarse a la nueva vida cuando llega Soonja (Youn Yuh-jung), su malhablada y excéntrica abuela que con su peculiar personalidad cambia la historia de la familia en más de un sentido.

La película de Lee Isaac Chung es estadounidense, sí, está financiada por Plan B Entertainment y distribuida por A24, puros gringos; sin embargo, su espíritu, su esencia, su alma es surcoreana. Bastan unos minutos con esta entrañable familia como para darnos cuenta de que, más allá del origen de sus protagonistas, estamos ante una obra digna del cine del país asiático. Esta forma minimalista de contar la historia, ese trato del día a día de sus personajes, ese cuidado por los detalles que hacen realista al relato, esa iluminación natural constante que alimenta una fotografía de lo más exquisita. Los fanáticos del cine surcoreano y quienes lo estén descubriendo en el último tiempo no tendrán nada que extrañar de las obras concebidas allí y es más, podrán disfrutar de una ligera mezcla con elementos occidentales que aportan los personajes nativos de los Estados Unidos, cierta calidez y rusticidad que le hace muy bien a este duro drama.

Crítica Minari Lee Isaac Chung

Porque sí, Minari es un drama, la historia de una familia que lucha de principio a fin. Lo bueno es que su director ha dejado de lado ese humor propio del cine de su país de origen que muchas veces puede desentonar con el relato y hacer que el espectador promedio pierda empatía con sus protagonistas, generando un camino verosímil que poco a poco y casi sin darnos cuenta logra que nos encariñemos con el David y toda su familia, incluso llevándonos a momentos de lágrimas y otros de una tensión que a más de uno tendrá con las manos en la cabeza. Como no podía ser de otra manera todos estos personajes son posibles gracias a un reparto extraordinario, digno del mejor cine de Corea del Sur, con maravillosas interpretaciones de Han Ye-ri, Alan S. Kim (David), el toque norteamericano de Will Patton (Paul) y por sobre todo la gran performance de Steven Yeun, que vuelve a demostrar al igual que en Burning, su calidad como actor.

El viaje de David se tiñe constantemente con luces y sombras, con una atmósfera generada que nos lleva al lugar para vivir esta mezcla de tristezas y esperanza, en parajes que por momentos quisiéramos vivir y por otros del que quisiéramos escapar. La música, una preciosa banda sonora compuesta por Emile Mosseri suma constantemente en este tira y afloje que es un fiel reflejo de la vida misma, cuando las personas intentan ganarse la vida y saben que para llegar a su fin deben hacer ciertos sacrificios, muchas veces más de los esperados. Es el cuerpo cansado al final de un largo día de trabajo, los pequeños alicientes de obtener los resultados esperados, la tristeza que abunda después de un día en el hospital, los roces que se generan cuando las cosas no salen bien, es el amor por quienes tenemos al lado por encima de todo.

Minari es la historia de una familia coreana en busca del famoso sueño americano. Es un drama conmovedor que nos lleva a las lágrimas a través del inevitable cariño que generamos hacia sus protagonistas. La película de Lee Isaac Chung es estadounidense en el sentido literal de la palabra, pero su alma surcoreana le permite tomar todo aquello que ha hecho que el cine de ese país conquiste a tanto público occidental en el último tiempo. El amor por los detalles, el realismo de su relato y la belleza de sus imágenes nos acompañan desde el principio hasta el final, a través de la incesante lucha de David y su familia.