Milagros del cielo

Crítica de Marcelo Stiletano - La Nación

Milagros del cielo prueba que la fe es lo último que se pierde

Otra producción de Affirm Films, división creada por Sony Pictures para el desarrollo de historias pensadas para el público cristiano. Aquí, casi literalmente, desde el título. La película se propone como la más genuina representación de las virtudes cardinales (fe, esperanza, caridad) en el cine a partir del caso de los Beam, típica familia laboriosa y devota de una zona rural de Texas, cuya vida de armonía se derrumba ante la aparición de un raro trastorno digestivo en una de las tres hijas del sólido matrimonio. Con apenas 10 años, la niña se somete a un interminable calvario de consultas, exámenes y procedimientos médicos agresivos que no consiguen atenuar el dolor físico y van reduciendo poco a poco las esperanzas de sobrevida. Ni siquiera la sabiduría de un prestigioso médico logra atenuar los pronósticos más oscuros. Hasta que la ciencia sucumbe a lo inexplicable, y una azarosa caída abre la puerta de una cura auténticamente milagrosa.

La película es la larga crónica de ese duro derrotero de sufrimientos y resiliencias, que conmueve todavía más cuando nos enteramos que los Beam existen de verdad, viven en Texas y que la pequeña Annabel, hoy con 13 años y una vida completamente sana, sobrellevó con entereza todos esos padecimientos. El enfoque elegido por la mexicana Patricia Riggen (Los 33) no duda en exponer todo el dolor de la niña y el dilema de su madre, cuya fe empieza a ser puesta en duda ante esa prueba difícil de soportar. En ese primer tramo, el planteo del relato aparece expuesto con honestidad y narrado con genuinos recursos cinematográficos dignos de un tearjerker con todas las de la ley.

El problema surge al final, cuando este auténtico milagro se presenta con una sobrecarga alegórica, propia del realismo mágico. La moraleja, recargada y excesiva, esconde y resuelve todas las dudas previas demasiado rápido. Lo que perdura es el compromiso, la transparencia y la entrega absoluta de Jennifer Garner (la abnegada madre) y de Kylie Rogers, una magnífica actriz infantil.