Mil veces buenas noches

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Tarea de riesgo

Rebecca (Juliette Binoche) es una de las fotógrafas en zona de conflicto más respetadas del mundo; es una pasión y una obsesión, pero también un problema para su familia. Veterano fotógrafo de guerra, el director Erik Poppe sabe dónde colocar el ojo de la cámara y eso se demuestra sobre todo al inicio del film. Rebecca asiste a la ceremonia de una mujer que en Medio Oriente es consagrada con un chaleco de explosivos; minutos después, la fotógrafa casi pierde la vida por la explosión. La secuencia fue rodada con tal tensión, precisión y belleza que hacen de la escena de apertura de American Sniper una mera ocurrencia pochoclera. Pero cuando Rebecca retorna a su hogar en Irlanda, rodeada del afecto y las recriminaciones de su esposo Marcus (Nicolaj Coster-Waldau) y su hija Steph (Lauryn Canny), la película se enreda en un culebrón doméstico sin buenos diálogos ni sentido narrativo. Dada a elegir entre su profesión o su familia, Rebecca personaliza la indecisión que irradia la película de Poppe.