Mientras somos jóvenes

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

Cuesta mucho volver atrás, en el tiempo y en la pareja

Comedia dramática sobre una pareja de cuarentones que no define su rumbo. Los desencuentros familiares es un tema que recorre la obra de este guionista y realizador. Josh (Ben Stiller) y Cordelia (Naomi Watts) son dos artistas con temas pendientes. No tienen hijos ni quieren tenerlos y se aburren con esos amigos que sólo hablan del crío. Viven en medio de un desconcierto que no los deja crecer. Sus proyectos y su matrimonio no avanzan. Por eso se deslumbran (él más que ella) cuando conocen a una pareja de jóvenes lanzados, frescos, sin ataduras, llenos de ilusiones. Ven allí la chance de recuperar el fuego que han perdido. Pero cuesta revivir el amor. Y asumen los trazos superficiales de sus nuevos amigos. Se comportan como ellos. Pero no todo es como parece. Jamie, el muchacho, no es tan desinteresado y sincero. Y bueno detrás de la desilusión surgirá la chance de recrear la pareja desde otro lugar. El amor –nos dice- necesita mirar hacia adentro y no hacia afuera. La crisis los obligó a sincerarse. Es una comedia agridulce sobre manipuladores y hombres ambiciosos (ellas son más simple sy prácticas) que van ocupando lugares que no les pertenecen: Josh se mimetiza con Jamie, su amigo joven; pero Jamie usurpa ideas y lugares en su trepada. Hay toques de humor, otra buena labor de Naomi Watts, y algunas jugosas réplicas. Todos alguna vez soñamos son ser otros, nos recuerda Baumbach. Pero detrás de esos falsos espejos suelen surgir las grietas que no queremos ver. La identidad, el paso del tiempo, el desgaste del amor y las dudas del artista colorean esta fábula simpática.