Mientras duermes

Crítica de Felipe Quiroga - CiNerd

LA OTRA CARA

El co-director de [REC] (2007) y [REC] 2 (2009), Jaume Balagueró, demuestra con MIENTRAS DUERMES que España es capaz de darle al mundo películas capaces de horrorizar o por lo menos de incomodar al espectador, algo que a Hollywood le cuesta cada vez más lograr. El nuevo film del cineasta europeo se diferencia de sus trabajos anteriores en cuanto a que se trata de una propuesta de suspenso creciente (los otros eran exponentes del terror más puro), con un inquietante personaje principal. Resulta muy interesante la manera en que este thriller retrata momentos que convierten en cotidiano el horror: las atrocidades se vuelven algo de todos los días y lo anormal se convierte en normal. En MIENTRAS DUERMES se ve la otra cara de la rutina diaria, del mismo modo que el protagonista tiene dos caras, la que muestra al mundo y la real: César (Luis Tosar) es el encargado de un edificio. Se muestra amable y servicial con los vecinos, pero en realidad esconde una personalidad desequilibrada. Es un hombre que se siente incapaz de ser feliz y está obsesionado con una vecina, Clara (Marta Etura), a la que espía constantemente. La película, al principio, muestra de forma dosificada esos pequeños gestos y detalles que revelan la locura de César, huellas que irán apareciendo con mayor fuerza a medida que pasan los minutos.
Las dos caras de César también se plasman gracias al buen trabajo de fotografía e iluminación, que juega con las luces y sombras del edificio en el que vive y trabaja el protagonista. También resulta bastante interesante el uso que se le da a la radio, que sirve para reforzar esa dualidad: César, que se despierta a la madrugada (todo es oscuridad), escucha esos programas de radio nocturnos en los que la gente comparte sus penas y, especialmente, aquellas causadas por la soledad (uno de los grandes temas del film). Clara se levanta cuando ya ha salido el sol (los ambientes se llenan de luz cálida en estos momentos), con música movida y locutores que le ponen mucha onda para así ayudar a los oyentes a que salgan de la cama con todas las pilas.
Es gracias a un impecable Tosar que la película mantiene el interés. Es más, resulta difícil creer que sea la misma persona que interpretó al preso Malamadre de CELDA 211, una composición totalmente diferente a César. En MIENTRAS DUERMES, el actor consigue que su personaje genere una extraña fascinación, algo fundamental si se tiene en cuenta que el guión se cuenta desde el punto de vista del victimario y no de la víctima, como suele ser costumbre, aunque tampoco es un recurso totalmente novedoso (lo usó Alfred Hitchcock, por ejemplo).
Así como en [REC] y su secuela se utilizaba la oscuridad para asustar, MIENTRAS DUERMES aprovecha bien otro de los grandes miedos: las horas de indefensión del sueño. También se juega con otros conceptos, como la ya mencionada soledad y la búsqueda de la felicidad, aunque desde un enfoque retorcido. Si hay algo que caracteriza a este film es el suspenso, que irá aumentando progresivamente hasta llegar a un clímax narrativo que no está a la altura de la acertada manera en que el director fue construyendo todo lo anterior, de forma pausada, con paciencia. Se trata de un final sin sorpresas, algo decepcionante, pero que, al menos, deja esa sensación inquietante que no cualquier película puede lograr.