Miedo profundo

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

- Vamos a precisar una boya mas grande.
¿Por qué no existe una película decente sobre tiburones asesinos?. Es algo que sinceramente no entiendo: no se precisa ser un ingeniero nuclear para escribir una historia potable que no sea, necesariamente, un clon del clasicazo Tiburón (1975) de Steven Spielberg. Por el contrario el género de tiburones asesinos ha caído a un nivel tan bajo y bizarro que lo único que podemos ver, en este momento, son engendros como Tiburón Fantasma, El Tiburón de Dos Cabezas, Tiburón del Pantano, CiberTiburón, Tiburón de Arena y el epitome de toda esta decadencia que resulta ser Sharknado. Parece una competencia de mal gusto sobre quién puede producir el filme mas rídiculo de tiburones. Es cierto que estas bizarreadas rinden sus frutos - la gente las ve para reírse de ellas y, en el caso de Sharknado, terminan convirtiéndose en impensables franquicias -, pero están a años luz de las posibilidades reales y estremecedoras que implica un escenario cerrado con un escualo asesino rondando en el mar. Gracias a Dios The Shallows (que podría traducirse como "los playitos") le devuelve la gloria perdida al subgénero, aún cuando se trate mas de un drama de supervivencia que un filme de horror sobre monstruos submarinos acechándonos para devorarnos a la primera de cambio.

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El responsable de esto es Jaume Collet-Serra, un tipo que ha hecho un par de aventuras sólidas de Liam Neeson (por ejemplo, Non-Stop), y acá parece estar en la flor de la creatividad. Las imágenes que crea Collet-Serra son impresionantes: el océano parece un ser vivo, plagado de brillos y colores sicodélicos gracias a los arrecifes de corales que yacen en el fondo, y el agua se mueve con una fuerza y violencia que resulta impresionante. Las imagenes de Blake Lively surfeando - antes de enterarnos de la existencia del tiburón - son realmente excitantes, convirtiendo a la primera media hora en un extasis visual incomparable.

Desde ya las cosas cambian cuando Blake Lively decide darse un último chapuzón antes de irse. Ve muchas gaviotas revoloteando sobre un gigantesco montículo flotante... y las cosas se ponen aterradoras cuando descubre que se trata de una ballena desgarrada salvajemente por un tiburón insaciable. El primer ataque se produce allí, con Lively usando a la ballena como una improvisada isla flotante, y siendo arrastrada y volteada por los salvajes ataques del escualo. En semejante refriega sale lastimada feo y, sin tabla de surf ni otro recurso mas que su traje de buzo, la chica debe nadar como puede hasta un risco de corales en donde debe resistir hasta que se le ocurra un plan de escape o alguien aparezca y pueda darle una mano.

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La tensión que crea Collet-Serra es formidable. En realidad The Shallows es un filme sobre supervivencia en condiciones extremas, muy similar a 127 Horas - en donde el protagonista debe realizar sacrificios físicos extremos con tal de resistir otra hora -. Blake Lively da una perfomance intensa y emocional, ya sea arreglando como puede sus serias heridas, mandando un mensaje de despedida a través de una cámara GoPro que encontró en el agua, o realizando peligrosísimas maniobras para rescatar cosas útiles que le puedan ayudar a resistir otro tranco mas hasta llegar al amanecer. Pero es en el último tercio en donde el filme se dispara a full, con la carrera desesperada de Lively por llegar a la boya - el único lugar que le puede deparar refugio independiente de las mareas -, y el duelo personal que tiene con el tiburón. Es un climax resonante, sufrido y excitante como pocos he visto. Si Jaws es el líder del género, entonces The Shallows merece un lugar de honor en el podio.

Vea The Shallows. Hay muertes pero no hay gore en exceso; acá el punto fuerte es la tensión y el clima de adrenalina pura que crea Collet-Serra sobre el final, lo cual termina creando un filme impecable y altamente recomendable.