Midway: Ataque en altamar

Crítica de Emiliano Silva - Cinergia

Mucho ruido y pocas nueces

Llega una nueva película bélica a la cartelera argentina y se trata de Midway: ataque en Altamar, un film que retrata la batalla naval más grande de la historia de los Estados Unidos y que viene a traernos una experiencia marcada por escenas explosivas pero que luego de que el humo se disipa no queda mucho más que resaltar.

El alemán Roland Emmerich es el director de esta superproducción hollywoodense, un hombre marcado por proyectos taquilleros tales como Día de la Independencia (1992), Godzilla (1998) y El Patriota (2000). La increíble suma de 100 millones de dólares fue la que se necesitó para poder desplegar todo el potencial en efectos visuales y así retratar de forma creíble tal batalla épica.

Para ubicarse en contexto histórico, la batalla de Midway se da post ataque de Japón en la bahía de Pearl Harbor, dándole inicio a la participación de EE.UU en la segunda guerra mundial en junio de 1942. Algo que se le ha criticado mucho al cine de Emmerich es la deficiencia en las reconstrucciones de hechos reales, aquí por lo contrario los detalles están bien señalados pero… muy mal narrados.

Otra decisión errónea fue la de crear tantas subtramas ya que no permite terminar de empatizar con ningún personaje. El soldado Dick Best (Ed Skrein) y el oficial de inteligencia Edwyn Layton (Patrick Wilson) fueron los que tuvieron más minutos en pantalla y así los que más se pudieron destacar entre el mix de buenos actores que había. La actuación que no pude creer en ningún momento fue la de Woody Harrelson y es una lástima porque le podría haber agregado un gran condimento, y en su lugar se sintió como un personaje que realizó nada más porque estaba obligado a cumplir un contrato.

Lo más destacable sin lugar a dudas son los efectos especiales que te ayuda a ir sobrellevando tal bodrio narrativo. Las escenas de lucha tanto en el aire como en el mar, son impresionantes, el sonido de los disparos y de las explosiones te hace entrar en un clima de tensión que solo se podría apreciar yendo al cine.

Midway: ataque en Altamar es una película que no quiere quedar en la historia como película de culto y que solo se plantea como objetivo entretener un rato al espectador, esa es la visión de Emmerich pero si la comparamos con otras propuestas bélicas termina quedando muy atrás por un millón de cuestiones.