Mía

Crítica de Mario Zabala - Clarín

Tres no es multitud

Un melodrama centrado en la relación entre un padre, su hija y una travesti.

Ale (Camila Sosa Villada) es una travesti cartonera y modista que vive en la Aldea Rosa, un asentamiento de travestis. En una de sus recorridas, se cruza una familia rota y de clase alta: Manuel (Rodrigo de la Serna), ebrio, desmoronado, peleando con Julia (Maite Lanata, Alma en El elegido ), su hija. Desde ese momento, Ale –inspirada por las cartas de la ausente madre de Julia, Mia- y Julia comienzan a crear un vínculo materno-filial, que va venciendo la furia del padre para crear una convivencia nueva para los tres.

La ópera primera de Javier Van de Couter repite, pero agregando realismo, la fábula indie de la “persona opuesta a determinado imaginario que se entromete en él y, por ser más buena que Lassie, se gana su cariño”. De Couter mezcla un clasicismo casi Disney en esa construcción del afecto (escenas de aceptación o caricaturas, como la borrachera casi ridícula pero constante del personaje de De la Serna) con una crudeza casi documental, no por eso menos romántica y pintoresquista.

Pero sus paralelismos obvios (la referencia a El joven manos de tijera ), la necesidad de subrayar el choque de mundos desde las caricaturas vencidas (como esa pandilla que le dice “puto” a Ale) y cierto abuso de la expresividad de Villada y Lanata (hay un subrayado de sus sentimientos, intensificado desde la música) agobian toda la potencia que podía existir dentro de esta especie de Cenicienta anclada en una marginalidad real.