Mía

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Cine por la Inclusión

Mía (2011) es la primera incursión en un largometraje del actor, guionista y director Javier Van de Couter . Luego de dirigir el experimental medio Perro amarillo (2005) se sumerge de lleno en las huestes del séptimo arte con un melodrama cuyo principal protagonista es una travesti.

Ale (Camila Sosa Villada) es una travesti cordobesa que se dedica a cartonear por las noches y coser por los días. Mientras cirujea ve como un hombre arroja una caja llena de objetos, entre los cuales se encuentra un diario intimo. Ale comienza a leerlo y descubre que son las anotaciones de una mujer, la Mía del título, que terminó con su vida. Mía, a pesar de la infelicidad, tenía todo lo que Ale no puede tener y es por eso que decide tomar su lugar, su vida, su familia.

Javier Van de Couter articula la trama como un melodrama moderno. Un personaje sufrido pero esperanzado. A través de Ale y la relación que emprenderá con Manuel (Rodrigo de la Serna) y Julia (Maite Lanata) se hablarán de otros temas con visiones que se contraponen. Hay esperanza pero también desazón. Mientras Ale intenta salir de la marginalidad escuchamos las voces que quienes creen que no hay esperanza y sólo queda aceptar la resignación. También hay exclusión y maltrato pero desde el opuesto vemos autoexclusión que devendrá en la formación de un ghetto. Hay contradicciones como en la vida y trabajar sobre los diversos puntos de vistas y opiniones hacen que la historia suene a realidad más que a ficción. No hay una construcción poética del mundo circundante sino más bien trágico.

Mía es un cine de rupturas. De entrada sabemos que la protagonista es una travesti y que además su personaje tendrá el rol de heroína, y este hecho de por sí ya rompe con todos las estructuras del cine convencional. Hubiera resultado imposible imaginar diez años atrás una película “seria” protagonizada por una travesti que lucha por sus derechos, no reniega de lo que es y que además reemplazará el rol materno.

Habrá quienes vean lo superficial y digan que Mía es una película sobre una cartonera travesti marginal que quiere ocupar el lugar de la mujer que ya no está. Aunque aplicar está lectura sería no es ver lo esencial. Javier Van de Couter lleva la historia hacia otras lecturas, otras hipótesis mucho más interesantes, mucho más potentes. Contradictorias como la vida misma, pero creíbles. En donde hay desesperanza pero también la idea de un futuro mejor. Con menos violencia y más inclusión.