Mia madre

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Diario Moretti

En sus últimas realizaciones, Nanni Moretti entra y sale del rol protagónico pero sus intereses y conflictos nunca ceden el proscenio. En Mia madre, una directora de cine desespera con el rodaje de una ficción sobre la resistencia al vaciamiento de una fábrica, en tanto su madre, una reconocida profesora de latín, lucha con la demencia senil en su lecho de muerte. Margherita (Margherita Buy) es el alter ego de Moretti, cuya madre, una reconocida profesora de griego y latín, falleció durante el rodaje de Habemus Papam. Pero en el film, el realizador italiano, en un rol ajeno a su personalidad, representa al medido, observador y conciliador hermano de la directora. Esta inversión se completa con la llegada de Barry Huggins (John Turturro), un actor decadente que con sus aires de estrella complica el rodaje. La película, como es habitual en Moretti, es parcialmente biográfica y utiliza diálogos que el autor de Caro diario escribió al morir su madre. Inteligente y profunda (y claro, menos traumática que La habitación del hijo), Mia madre consolida al director en un camino distinto, lejos de la frescura e ingenuidad de sus primeros films.