Mi villano favorito 3

Crítica de María Paula Rios - Fandango

Clamamos por un spin off sobre Balthazar Bratt, el nuevo villano ochentoso de esta franquicia, que planea sus atracos con música de Michael Jackson y utiliza al chicle globo como arma letal.

Siguiendo la misma lógica que sus antecesoras, Mi Villano Favorito 3 se construye a partir gags aislados, divertidos y logrados, sin focalizarse demasiado en la organicidad de la historia. En esta entrega seguirán apareciendo nuevos personajes, lo que abre el juego para que lleguen más aventuras de Gru y los simpáticos Minions.

En cuanto su argumento, si hay variaciones. Si bien la primera parte se centraba en las fechorías de Gru y su relación con las niñas, y en la segunda este se transforma en agente de la justicia para ser un padre de familia, y por amor a Lucy Wilde, aquí conocerá a su hermano desconocido, el millonario y frívolo Dru.

También aparecerá un nuevo y explosivo villano: Balthazar Bratt, un antiguo niño estrella obsesionado con el personaje que encarnó en una serie de televisión de los años ochenta. Él vive en una fortaleza con forma de cubo rubik, escucha todo el tiempo música de la época, y el duelo de baile, y la goma de mascar, son sus armas letales.

Por otra parte se desplegarán varias líneas narrativas: Lucy se comenzará a relacionar de lleno con las niñas, Gru será tentado por Dru para cometer vilezas y no nos olvidemos de los Minions, quienes se revelarán con su amo y tendrán su aventura paralela.

Mi Villano Favorito 3, presenta un cúmulo de historias y personajes sin ahondar en ninguno. Los gags son coloridos y entretienen, salvo en el último tramo de la cinta que se torna un tanto reiterativa y decae la gracia. Sin lecturas muy elaboradas, lo último de Illumination Entertainment apunta a un público infantil y cumple con el cometido. Salvo por el villano casi no hay guiños al público adulto.

La falta de motivación en las acciones de los protagonistas, sumado una cadencia narrativa irregular, la franquicia va en vías de agotarse y perder la espontaneidad. Esta secuela sale airosa, pero esperemos que para la próxima renueven la trama sin la necesidad de aglutinar situaciones y personajes desprovistos de sentido.