Mi vieja y querida dama

Crítica de Susana Salerno - N3F

Todo va girando en torno a tres personajes principales: Mathias Gold (Kevin Kline), un neoyorquino que necesita dinero y se traslada a París para hacerse cargo del departamento que heredó de su padre con quien no se hablaba.
Pero cuando llega al lugar se encuentra con una señora mayor (Mathilde) que vive allí con su hija. Todo se complicará aún más cuando se entere que, según la ley francesa, no podrá quedarse con su herencia hasta que Mathilde Girard (Maggie Smith) fallezca.

Cuenta con muy buenas actuaciones, dirección de arte, fotografía y banda sonora. Va mezclando un tono dramático, romántico, el humor agridulce y te deja alguna moraleja. Tiene buenos diálogos y toques bastante teatrales.