Mi papá es un gato

Crítica de Lucas Moreno - La Voz del Interior

"Mi papá es un gato": una comedia que pudo ser divertida
Kevin Spacey protagoniza otra película sobre humanos que encarnan en animales, pero sin ingenio, sin emoción y doblada al castellano en todas las salas.

ya uno a saber por qué Barry Sonnenfeld, director de la trilogía Hombres de Negro, acabó haciéndose cargo de una película indigna hasta para verse en un colectivo de larga distancia.

Mi papá es un gato aplica el clásico esquema dickensiano: señor malo que tras intervención mágica recapacita y se hace bueno. En este caso, Kevin Spacey es un empresario cínico y canchero obsesionado con fabricar la torre más alta de la ciudad. Trabaja tanto que no le presta atención a su familia, entonces Christopher Walken lo mete en el cuerpo de un gato.

La actuación de Kevin Spacey queda restringida a una voz en off que expresa los quejidos y pensamientos del animal. Los instantes de paz para el espectador son aquellos ligados al silencio, cuando la gracia consiste simplemente en mostrar al animal. La escena del escritorio, con una lapicera que el felino rompe esparciendo tinta sobre una foto de Bush, es el único momento interesante de la película. Allí Barry Sonnenfeld se toma un tiempo prudente para fascinarse con el gato, para entender la dinastía de sus movimientos y modos. En esa breve escena, sonoramente discreta y pausada, se esconde la película que no fue, una película que sin perder su objetivo comercial podría haber imitado el misterioso magnetismo del animal.

Sólo nos quedó una fábula chata y predecible, con un gato que a veces será real y otras configurado por computadora, recorriendo la ciudad para arreglar sus asuntos y haciéndole entender a su hija que la ama.

Por ciertos chistes vinculados a videos de YouTube, uno puede imaginarse la reunión de los creativos:

-Qué adictivos los gatitos en internet.

-Me quedaría horas mirándolos porque son tiernos y graciosos.

-Hagamos algo con eso.

-Llamaré a mis mejores guionistas.

Para completar el estupor, en los créditos figuran nada menos que cinco guionistas. Hay un personaje que intenta suicidarse saltado al vacío sin darse cuenta que tiene un paracaídas en la espalda. Deberían aclarar cuál de los cinco fue el responsable.