Mi novio es un zombie

Crítica de Regina Fallangi - Cine & Medios

Zombies humanizados

En esta era en que el amor entre adolescentes no parece ser suficiente, hemos visto historias románticas de jóvenes que se enamoran de vampiros, hombres lobo, brujas, y ahora les tocó el turno a los zombies.
La película está planteada desde la típica historia post-apocalíptica: un virus infectó a la humanidad, convirtiendo a su mayoría en zombies, y los pocos humanos que quedan sanos viven en una ciudad militarizada, rodeada de murallas, para que los infectados no se les acerquen; esa es la única solución que encontraron para lidiar con el problema. Debido a la falta de insumos médicos y de otros elementos, los militares organizan grupos de jóvenes que salen en misiones para conseguirlos dentro de las ciudades donde hay infectados.
En una de estas misiones, un grupo de jóvenes que busca medicamentos en un laboratorio abandonado es atacado por zombies, y así se conocen los protagonistas, Julie (Teresa Palmer) y "R" (Nicholas Hoult).
Julie es humana, hija de un militar rígido y antizombie (John Malkovich), y "R" es un zombie que no recuerda su nombre, pero cree que empezaba con esa letra.
En pleno ataque se conocen y hay flechazo, el chico zombie la salva, y se esconden en un avión abandonado, lleno de viejos objetos que colecciona "R"; es allí donde la joven pareja vence el miedo y pánico inicial y comienzan a conocerse y luego a enamorarse. A medida que se conocen, "R" se va acercando a su lado humano, y Julie pierde el miedo y se enternece con su nuevo amigo. Ambos van construyendo un vínculo que más allá de su relación, podría representar una cura para la humanidad.
Si bien la historia es romántica, y el contexto bastante terrorífico, está narrada en tono de humor, basado en el choque entre estos dos mundos. Una vez que salen de su refugio, la pareja, haciendo honor a sus iniciales, se convierte en una especie de Romeo y Julieta, ya que el padre militar de la chica no quiere a su nuevo yerno.
Los protagonistas deben enfrentarse al mundo, y hacerles entender que a través del amor se puede curar y transformar a los zombies, para lograr humanizarlos. Es allí donde la película recurre a clichés, lugares comunes y cursilerías, y todo el humor absurdo que la sostuvo desde el principio cae, y se transforma en un comedia romántica para sábado a la tarde en cable.
Las actuaciones de los protagonistas son muy efectivas. Es destacable la interpretación de Rob Coddry, como "M", un zombie torpe que se conmueve con el amor de la pareja.
Visualmente la película es muy dinámica y tiene una estética adolescente, con todo lo necesario tanto en la música como en la imagen, para atraer a este público.
La historia ofrece una visión nueva sobre los zombies, encarada desde el humor y el romance, estas criaturas dejan de comer cerebros, y tienen la opción de redimirse y reinsertarse en una sociedad que no siempre se muestra muy humana para aceptar seres diferentes.