Mi novio es un zombie

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

La era de los muertos

¿A quién le puede parecer sexy un zombie? Con el pelo despeinado, el cuerpo sucio (porque claro, recordemos que los zombies no se bañan, no duermen, comen cerebros humanos, entre otras miles de cosas más) y el rostro pálido y sangriento, aparece “R” (Nicholas Hoult), un zombie distinto a los demás. R salva a la joven Jullie (Teresa Palmer) del hambre de los zombies que deambulan en un panorama signado por el apocalipsis. Ella, agradecida pero aterrorizada por estar al lado de un muerto, intenta escapar hacia los brazos de su padre (John Malkovich), un militar a cargo de la eliminación de los zombies de la tierra. Sin embargo, no consigue lograrlo y día tras día -con música de vinilos de por medio- se va sintiendo atraída por el joven zombie. Pero hay un detalle que parece no importar en la película, y es que R es el culpable de la muerte del novio de Jullie, pues se comió el cerebro del mismo. Ella, enamorada del asesino, decide ayudar a toda la comunidad zombie, que está empezando a “revivir”. Con guiños hacia otras películas de zombies como Exterminio, Crepúsculo, Zombieland, “Mi novio es un zombie” termina siendo un filme de amor ridículo, disparatado y tedioso.