Mí niña

Crítica de Laura Pacheco Mora - EscribiendoCine

En esta comedia dramática, emprendemos junto a los protagonistas un viaje hacia una nueva etapa en la que madre e hija darán un enorme paso, apoyándose entre sí.
Mi niña (2019), Heloise (Sandrine Kiberlain), es madre de tres hijos. Jade (Thaïs Alessandrin), su hija menor, acaba de cumplir dieciocho años y pronto abandonará el nido para continuar sus estudios en Canadá. La partida de Jade se acerca y con el estrés que esto representa, Héloïse recuerda los momentos compartidos, los de una tierna relación madre-hija y de manera desesperada, atesora vivencias con su celular. Ella quiere disfrutar con ansias estos últimos instantes, olvidándose de vivir el presente, la alegría y la complicidad que existen entre ellas.
Lisa Azuelos dirige y escribe Mi niña (Mon bébé, 2019), tocando un tema recurrente en su filmografía: la relaciones familiares y en especial madre-hija (LOL (Laughing Out Loud), 2008) en sus momentos más difíciles, en este caso el pasar de la adolescencia a la adultez y en paralelo, el soltar a la hija menor.
Como es tradición en este género francés, se hace hincapié en las actuaciones y las sutilezas que pueda captar la cámara a través de una dirección cuidada y prolija, generando una "atmósfera teatral". Con respecto al guion, este utiliza de manera efectiva y desde el comienzo el recurso permanente del flashback, logrando una conexión afectiva e inmediata con el espectador.
En definitiva, sin ser una película de exagerado presupuesto y a pesar de ser una historia que se desarrolla en el seno un una familia de clase media parisina, universaliza su mensaje porque lo que le sucede a esta familia, le pasa a muchas alrededor del globo, por ese motivo funciona y logra empatizar con el espectador, destacándose la interpretación de Sandrine Kiberlain (En buenas manos, 2018).