Mi mejor amigo

Crítica de Soledad Colina - CineFreaks

Inocencia destruida.

Yusef y Memo son dos niños de 11 años, de origen kurdo, que viven una existencia realmente muy complicada en su condición de estudiantes en un rígido Instituto en la localidad de Anatolia. Las autoridades turcas que dirigen este particular centro educativo, se rigen por la cultura del miedo, el castigo y la indiferencia hacia sus alumnos, inocentes quienes sobreviven sus días con la mirada triste y pérdida, en completa soledad y lejos de sus padres y familiares.

Tras una pelea con otros compañeros, un día Memo es injustamente obligado a bañarse con agua fría, mientras afuera las temperaturas rondan los 20 grados bajo cero normalmente, como forma de escarmiento y las posteriores consecuencias en su débil cuerpo serán devastadoras. Sólo a su mejor amigo Yusef parece importarle su mejoría y bienestar, mientras que los severos profesores miran a un costado y el desgraciado niño perece en estado catatónico. Es a raíz de este evento, que la culpa empezará a rondar en el instituto, en sus ausentes y crueles responsables, maestros que muy a contrario con lo que designa éticamente su profesión, tienen la mala costumbre de pegarle a sus alumnos por pavadas o simplemente para sentir el poder en sus manos hacia una inocencia destruida.

Mi mejor amigo, segunda película dirigida por el realizador turco Ferit Karahan, es un durísimo retrato sobre la fuerte corrupción en las instituciones educativas en su país, quienes parecen manejarse con sus propias reglas y con la total ausencia del estado. Una frialdad que realmente angustia, tanto adentro como afuera del edificio donde estos niños estudian, y una crueldad implacable, marcarán el relato con mucho de realidad y también denuncia hacía la opresión que sufren estás víctimas de un sistema que falla en moralidad y empatía.

La acción de la película transcurre en un solo día, y será la enfermedad de Memo un punto de inflexión en la historia. Los maestros se echarán la culpa entre ellos, mientras el director los pone al tanto de las consecuencias del abuso de autoridad. El trabajo del director de fotografía, Turksoy Golebeyi, es muy notable, con el uso de la paleta monocromática, áspera y que logra que nos interioricemos con el dolor y la soledad de estos menores. Los largos pasillos por donde Yusef correrá para pedir ayuda por su amigo, se verán eternos gracias a un tipo de encuadre plano, así como la tensión y el dramatismo. El actor no profesional Samet Yildiz que interpreta a Yusef, se pone en sus hombros todo el peso de una enorme interpretación llena de sensibilidad y nobleza.

La trama de la película está basada en la verdaderas vivencias en su niñez del director en un internado en Turquía y en el deseo de Karahan de mostrar al mundo una realidad quizás poco conocida. La de menores que son educados para ser hombres de bien, y terminan siendo víctimas de la condena que marcará para siempre sus aún jóvenes vidas.