Mi gran oportunidad

Crítica de Marina Scardaccione - Función Agotada

Mi Gran Oportunidad (One Chance) es la biopic de Paul Potts (interpretado por James Corden), ganador de la primera edición del programa de TV Britain’s Got Talent. Paul es un gordito simpático que desde chico canta ópera como los dioses y que debe superar varios obstáculos –entre ellos su baja autoestima, un padre que lo desmoraliza constantemente, el bullying y un contexto desalentador- para poder alcanzar su sueño.

Mi Gran Oportunidad no es lo que esperaba de un film de David Frankel. Si bien Frankel logra como resultado un filme simpático y sentido, poco se puede ver aquí de aquel director que manejaba un sentido de humor un poco más negro y ácido en El Diablo Viste a la Moda (The Devil Wears Prada) y Marley y Yo (Marley & Me).

La película está plagada de lugares comunes y es predecible – al fin y al cabo, es una biopic: todos saben como termina- pero lo que le suma puntos y lo hace llevadero es el cast. James Corden demuestra ser un protagonista más que carismático y está acompañado de grandes actores secundarios como su amigo Braddon (Mackenzie Crook), su padre Roland (Colm Meaney), su madre (Julie Walters) y su mujer Julz (Alexandra Roach), quienes le ponen onda y sentido del humor a esta historia que peca de insulsona.

El film está plagado de lugares comunes y resulta predecible.

Mi Gran Oportunidad es una película correcta, dulce y optimista, a la que no se le puede pedir mucho más que un par de risas y un “fueron felices y comieron perdices”.