Mi amigo el dragón

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

Disney lo hizo de nuevo

Casi 40 años después el dragón Elliot vuelve a rugir. "Mi amigo el dragón" fue una película que dejó huella en una generación cuando se estrenó en 1977, con Mickey Rooney en el rol que hoy tiene a cargo Robert Redford. Ahora, lo que antes fue un dibujo animado interactuando con actores, es una monumental obra de la tecnología. Con una trama simple, el filme relata la historia de Pete, un chico que se pierde en un bosque después que sus padres mueren en un accidente. Allí es rescatado de lobos por el dragón Elliot lo que da inicio a una amistad de varios años. Los primeros minutos mudos, tienen todo lo que luego será desarrollado durante casi dos horas: suspenso, aventura, dramatismo, emoción, esto último subrayado y remarcado por la banda de sonido y la dirección. En el desarrollo todo resulta simple y accesible para el público al que está dirigida esta película que tiene a su favor algunas notables actuaciones, entre ellas la de Redford, como un abuelo que insiste en convencer a los chicos del barrio que la magia y la fantasía está allí, y sólo hay que saber encontrarla. Con los tópicos de la familia, la lealtad, los villanos contra los héroes y la ya explotada idea de un salvaje en conflicto con la civilización el filme avanza sin sobresaltos, de forma previsible, pero con la eficiencia comprobada de Disney.