Mi amigo el dragón

Crítica de Carlos Manuel Horazzi - Citricón

Mi Amigo el Dragón, la nueva película de Disney, nos cuenta la historia de Pete (la traducción del nombre original de la película es “El Dragón de Pete”), un niño que al perderse en el bosque es rescatado por un Dragón que lo cuida, y ambos se adoptan como amigos, familia y hermanos.

Esa paz se ve interrumpida cuando una guardabosques encuentra a Pete, y de esa manera, se tiene que separar de Elliot (el dragón).

En la tradición de las películas de Disney, (esta es una remake de la película de 1977 con el mismo nombre que combinada animación clásica con actores), la cinta logra todos los puntos que esperamos de ella. Todos. Desde los golpes bajos hasta hacernos sentir que Elliot es real, y nos encantaría tenerlo de mascota.

Uno de los grandes logros de la película, es lo que han hecho con el dragón. Lo han transformado en una criatura querible, para nada amenazante, dándole rasgos y actitudes caninas, siendo de alguna manera, un perro enorme, que resulta que vuela.

Según el director, David Lowery, dijo a la revista IGN, que prefería un dragón que uno quisiera abrazar, y de ahí el cambio estético. Prefería para la historia eso que el tipo de dragón de Game of Thrones, que se ve bien, pero parece peligroso y frío.

La única critica que le haría, es que el 3D no le suma nada a la historia, es mas, por momentos distrae, sobretodo si se la ve subtitulada.

En conclusión, la película es un gran entretenimiento, muy bien filmada, con grandes actuaciones (Oakes Fegley, de 12 años, en el papel de Pete esta impecable y Robert Redford como siempre cumple), con una historia simple pero emocionante, que de alguna manera nos permite fantasear con un mundo donde existen los dragones, y nos gustaría tener uno como Elliot.