Metegol

Crítica de Fernando Casals - Revista Meta

El mundo Campanella tiene sus marcas de orillo: el barrio, el bar, los curas, los adultos mayores, la idea que todo tiempo pasado fue mejor y el “progreso” como algo en general malo, tan malo como el malo de Metegol, que llama progreso a su venganza destructiva. Técnicamente esta coproducción española-argentina (con aportes del Estado con el que fue tan crítico Campanella) está a la par de cualquier film de animación internacional; y el talento del film -y motivo de orgullo chauvinista- es todo argentino. Para que Metegol recupere su financiación debe venderse a otros mercados y ser un éxito allí por eso el film se cuida en mostrar un “pueblo” que luce lo suficientemente neutro, una protagonista que luce global -sino algo sajona- y un villano que recuerda a Cristiano Ronaldo, el futbolista que ya fue animado en Los Simpsons. Además de incorporar la discutible idea que el progreso es negativo en una comunidad, la moral de Metegol critica la idea de aislamiento, el hijo del protagonista juega videogames lo cual preocupa a sus padres, pero es sólo discursivo, en la web oficial se pueden bajar videogames de Metegol para celulares, PC y Ipads. La ideología nunca le gana a los negocios. Y resulta aún más contradictoria la crítica cuando el protagonista -Amadeo- está aislado por otro juego -no electronico- que lo tiene atrapado y le impide su desarrollo personal, es la noticia que su novia -Laura- se va del pueblo para estudiar lo que logra despertarlo del letargo de su vida pueblerina. El infaltable sentimentalismo de Campanella le da vida a los jugadores de plomo con lágrimas, y a partir de ese momento el film desata su mayor despliegue de acción, gags físicos y chistes -algunos brillantes- que concluyen en la fantástica escena final del partido de fútbol. El trabajo con las voces de doblaje es perfecto, Rago y Fontova se destacan, nunca hay una disociación entre audio y animación como ha sucedido en otras producciones. Además de la más cara Metegol también es la mejor película argentina infantil de la historia, no es poco. “Creer para ver” inculca el creyente Campanella en el guión; ver para creer que esta película pudo realizarse con este nivel y calidad. Atención Disney: Pixar no nos queda tan lejos.