Medianeras

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

La arquitectura del amor 2.0

Muchas de las ideas mostradas en el laurado corto del mismo nombre de 2005, Gustavo Taretto las recrea y profundiza en ésta, su ópera prima. El film en cuestión pareciera ser una comedia romántica, pero detrás de esa etiqueta hay una estampa que remite a un cine de experimentación más centrado en lo literario, que pareciera regocijarse en los planos y reflejarse en las fotografías grises que propone de nuestra amada Buenos Aires.

Podremos decir muchas cosas de "Medianeras", lo que no vamos a negarle a Taretto es que es original. Su inicio, con su ampulosa y lírica descripción de la arquitectura porteña y las complejas condiciones de vida e interacción que dichos edificios provocan en sus habitantes, desconcierta un poco al espectador. Lo desestructura, para ponerle palabras claras. La protagonista femenina es arquitecta, y en ella se apoya el guión del mismo director para poner en palabras buenos textos reflexivos sobre los lugares donde vivimos los habitantes de esta urbe. Es más, se permite descarnadamente informarnos que nuestras deficientes condiciones de vida, muchas veces se debe a la naturaleza de los espacios que habitamos y a la forma que tienen los escenarios donde nos movemos.

Podemos estar o no de acuerdo, pero si le aceptamos que "encuadra" su historia bien el hombre. Mariana (Pilar Lopez de Ayala) es una joven a la deriva. Recién separada, nos la presentan viviendo en un pequeño departamento de la calle Santa Fe. Es, como ya dijimos, una mujer de estructuras duras, ejem ejem, (arquitecta) pero una que no ejerce la profesión: nunca pudo construir nada (ni siquiera, en sus palabras, apuntalar su ya pasada relación). Hace de vidrierista y profesa una extraña relación con los maniquíes que la rodean en el trabajo, y el hogar...

Marín (Javier Drolas) vendría a ser una especie de nerd, pero depre. También vive solo, aislado. Sufre de ataques de pánico, va al psicólogo, se medica mucho y es medio paranoico. Es un buen tipo, como Mariana, pero parece que no sabe moverse en el mundo exterior, el que todos vivimos. Domina la informática (es diseñador web) pero sufre su soledad y viene de un fracaso amoroso que le dejó huella. Su ex novia se fue al exterior con la promesa de volver, nunca regresó y le dejó un caniche a cargo, que es su mascota oficial.

Los dos están MUY solos. No tienen amigos (ojo a ese detalle), sus familias brillan por su ausencia y Taretto subraya mucho este aspecto, cosa discutible pero, en cierto punto, entendible... Ambos intentan salir adelante con sus enormes limitaciones y abrirse hacia el afuera para buscar el amor que tanto se les niega en esta etapa de su vida.

La película es muy 2.0, hay mucha información (innecesaria, en mi opinión), sobre cómo funcionan los mecanismos actuales para conocer gente y vincularse en este mundo posmoderno. A los protagonistas les va mal, como en toda comedia romántica que se precia de tal. El tema es que en "Medianeras" nunca me reí, porque tiene un registro pseudo documental, reflexivo que le da un tono... solemne? que desnaturaliza el devenir de la historia. Hay muchas imágenes de ellos solos, extensas que no creo que aporten el ritmo que una película así necesite.

Respeto la visión del director, pero como público, la siento demasiado hablada desde la voz en off (esta que describe la arquitectura y las características de Buenos Aires) y poco diálectica en la de los protagonistas. Cuando ellos logran ponerle palabras a lo que les sucede, el film brilla, pero eso, no pasa todo el tiempo. Hay secundarios que amagan volverse importantes (Inés Efrón, Rafael Ferro, Carla Peterson) y quedan ahí, sin relieve. Creo que la manera en que se estructuró la narración es personal y en ese recorte, "Medianeras" alterna momentos muy buenos con otros casi anodinos.

Hay un buen trabajo desde lo musical y una cuidada química en estos dos grandes actores que son López de Ayala y Drolas. Se vuelven queribles y ellos dos solitos sostienen el metraje por la poderosa empatía que movilizan en nosotros. Nos venden muy bien su soledad y desde la butaca remamos con ellos buscando la salvadora orilla que significa encontrarse con la buscada alma gemela, que es la imagen central del film.

"Medianeras" es un correcto film hecho por gente talentosa que elige un registro y una manera de contar su historia, que lo aleja de la masividad deseada por los productores. Taretto sabe mucho de este tema y si bien no acordamos con la arquitectura de esta propuesta, si apoyamos su arriesgada visión y su convicción en lo que quiso transmitir. Estreno nacional que profundiza la consolidación de nuevos y prometedores cineastas.