Medianeras

Crítica de Lautaro GC - Indie Hoy

Desde la primer frase de Martín (Javier Drolas) no pude evitar pensar en “Manhattan” película que para muchos es la cumbre de la carrera de Woody Allen. En ella logra plasmar como nadie el poder de una ciudad como creadora y mediadora de situaciones, como una fuerza autónoma que tiene el poder de decidir. Probablemente mi valoración hacia Medianeras (Gustavo Taretto, 2011) hubiese sido menor si no hubiese estado ese pequeño homenaje hacia el final de la misma, ya que es poco sincero y nada original ocultar las influencias que se tuvieron al momento de escribir. ¿Se puede hablar de un personaje hipocondríaco e inseguro en el cine sin pensar en Woody Allen? Se sacan a relucir estas influencias con orgullo (como la escena en el armado de la mochila en la cual hay DVD’s de Jacques Tatí, que mostraba como nadie las peripecias de la vida urbana).

En este film creo necesario diferenciar forma de contenido. La forma es el vehículo por el cual llega el contenido. Aquí veo que es trillada la forma, llena de clichés: Collages, voz en off que guía constantemente, iconografía indie hasta el hartazgo (Computadoras Mac, Palermo, Star Wars, el look estereotípico del protagonista) y las citas cool (“la película de la marmota” que menciona el ex de Mariana, refiriéndose a la GRAN película de Bill Murray, devenido en deidad hipster). Pero si logramos apartar todo eso, la película trae aire fresco en cuanto a películas de amor, no una visión totalmente innovadora, pero si original.

Tambien trae a discusión temáticas interesantes. Se habla sobre la modernidad, lo frío de las computadoras, y lo inútil también. Se habla de la ciudad, del ánimo de sus habitantes y cuál es su relación con la arquitectura. También nos deja un lindo relato sobre la soledad, y esperanza.

Es imposible dejar de compararla con 500 Days of Summer, la película de amor de nuestra generación, faro de las que vendrán. En las dos hay dos jóvenes en una ciudad que los desencuentra constantemente. Hay collages, arquitectura y mucha dulzura y empatía hacia los muy bellos protagonistas. Pero aquí cabe destacar un enfoque superior: la mayoría de las películas indie está sumida en una liviandad que hace que verdaderamente no nos podamos sumergir en la tristeza, de manera real (Ejemplo: En “50/50“, con la noticia del cáncer de Gordon Levitt, escuchamos “High and Dry” de Radiohead en una especie de videoclip adentro del film. Puedo ver ahí una banalización del dolor. El cáncer no es cool, esa canción sí lo era. No se tomaron riesgos en pos de que no sea chocante ni la escena ni la película. De ninguna manera se puede llegar a comprender la muerte con una canción pop de tres minutos de fondo. No en una película indie). Pero en cambio Taretto lograr hacer caer bajo a Mariana (en escenas bastante incómodas) en uno de los grandes aciertos de la película. Se diferencia de las películas de su género en que logra humanizar a los personajes. No son simples marionetas de un guión aceitado, sino que logran autonomía y verosimilitud.

Una película que recuerda a Manhattan, pero con la dulzura de 500 Days of Summer no puede ser mala. Nos deleita con escenas magníficas, como la de la compra de las velas, o cuando ambos cantan “True Love Will Find You In the End” mirando a través de sus flamantes nuevas ventanas. Con ingenio y escapando, a veces con éxito, de los clichés del indie, se configura un gran film de amor que retrata como pocas la vida urbana.