Maze Runner: La cura mortal

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

La tercera, y esperemos ultima, entrega de esta trilogía tiene como principio llevar adelante un final por demás previsible. Lo cual parece una contradicción, pero sólo es un “homenaje” al filme en si mismo.

Si el espectador no vio las dos primeras, el texto lo deja fuera de cualquier tipo de identificación con algún personaje o situación que se intenta plantear, pero no lo hace desde la previsibilidad del relato.

La presentación de los personajes que atravesaran los sumamente extendidos 144 minutos, tanto como el supuesto conflicto que el héroe debe resolver, están adquiridos del manual de clichés en el cine.

Simultáneamente hay una recarga innecesaria de escenas de luchas y peleas sin fin, lo que termina por querer justificar, sin lograrlo, la excesiva duración del filme en si mismo, ergo aburre. Por supuesto que entre una y otra aparecen escenas de persecuciones, explosiones de destrucción masiva, para calmar y dar un respiro al espectador, por lo que se van acumulando escenas que intentan constituir subtramas, historias entre los personajes.

Si no hay una trama principal interesante o bien escrita y desarrollada, aquellas secundarias no tienen donde sostenerse, todas terminan siendo un catalogo de lugares comunes con frases hechas, expresadas automáticamente. Esto ya entra en el rubro de la actuación.

Si nos informa que el grupo de héroes adolescentes intentara retornar del lugar del que se fugo en la primera parte, no queda muy claro, ni justificado. Sólo seguir corriendo.

Thomas no puede confiar en CRUEL, esto lo dice el personaje, Tampoco el espectador sabe si CRUEL es una institución o un personaje, pero a quién le importa. La organización le borró sus recuerdos y lo encerró en el laberinto. Luego lo dejó al borde de la muerte, en el desierto. Y lo separaron de los habitantes, sus únicos amigos. Ahora CRUEL asegura que el tiempo de las mentiras ha terminado.

Con toda la información que reunió gracias a las pruebas está en condiciones de avanzar en la cura de la “llamarada”, una enfermedad que transforma a los humanos en muertos vivos ¿?

Sin embargo Thomas tiene un interés en particular, recuperar el amor de su vida, bueno es una adolescente, al fin y al cabo. Para que el héroe pueda lograr su objetivo debe haber sacrificados no sólo eso, en realidad la cura mortal y la salvación de lo que queda de la humanidad van de la mano. Salvador incluido.

Si las escenas están bien filmadas, si la dirección de arte es uno de los puntos más altos de la producción, si la fotografía es buena, o si el montaje es acorde al género al que adscribe, la realización pierde la importancia que debería tener por ausencia absoluta de un guión bien escrito.

Lo que determina que éste producto sólo confirma que la también llamada franquicia sólo se sostiene por la recaudación en la boletería Posiblemente los “fans” sean los únicos que no repararan en la infinidad de incoherencias por las que transita el texto.