Máxima precisión

Crítica de Walter Monzón - Cinergia

Guerra a distancia

El mundo ha cambiado, y las formas de matar no han perdido el rumbo y han evolucionado junto a él. Esa podría ser una forma de ver o de entender en una pequeña premisa el contexto de Máxima precisión (Good Kill), la nueva película de Andrew Niccol (Gattaca, Lord of War)
Esta es un film un tanto curioso, no solo por su contexto ideológico y político, sino también por ser muy posiblemente la primera producción hollywoodense que dedica tanto entusiasmo a mostrar con detalles los estragos que pueden realizar los drones militares con todo el potente armamento y tecnología que los diferencia ampliamente de los de uso hogareño.
En Máxima precisión se intenta mostrar de una manera sensible y cercana a lo humano, no solo en el accionar en vistas de eliminar enemigos de bandos contrarios con todo el derecho que concibe la guerra como es aceptada, sino también como esta nueva tecnología facilita los crímenes de guerra y demás actos deshonrosos en pos de evitar, en teoría, males peores para el país que los ejecuta.
Si bien su director ya tiene experiencia con la temática armamentista, es cierto que se aleja un tanto de sus producciones más relevantes, tales como El precio del mañana (In Time, 2011) o Gattaca (1997), y más aún si hacemos hincapié sobre las producciones en las cual se desempeñó (excelentemente cabe decirlo) como guionista, como The Truman Show (1998) y La Terminal (The Terminal, 2004).
Aun con todo esto dicho, queda más que claro que Niccol no es ningún aficionado, y aun con una corta carrera a cuestas, ha sabido demostrar un talento innato a lo largo del tiempo para mantener entretenido al público, tal como lo hace en este nuevo film.
Máxima precisión se nos presenta inicialmente con un ritmo caótico, marcado sobre todo desde su montaje que roza lo poco profesional en más de una ocasión, pero aun así logra mantener la tensión de manera ordenada y atractiva al espectador.
La carismática interpretación de Ethan Hawke (Boyhood, Gattaca) cumple y ayuda a que la narración se de tan fluida y atractiva como uno esperaría, dando así una toque de cualidad extra para complementar el buen guion que desarrollo Niccol para esta película.

Si algún defecto se le puede encontrar a Máxima precisión es su falta de compromiso con algunos de los temas que aunque se presentan correctamente, padecen de cierta frialdad o falta de desarrollo. Y aun no siendo una de las mejores producciones de su director, no deja de lado que sea una buena opción para ver.