Máxima precisión

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Llega a la cartelera este retrasado estreno cuya premisa es plantear los conflictos de un piloto de combate de la era moderna.
¿Qué quiere decir esto? La respuesta se encuentra en el debate y análisis que propone el film sobre una realidad muy comentada en los últimos 10 años sobre el uso de los drones por parte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Esta tecnología les permite hacer disparos de precisión (y grandes matanzas) sin la necesidad de que un ser humano pilotee de forma presencial sino a mucha distancia y a control remoto cual video juego.
La película (basada en hechos reales) nos cuenta la historia del Mayor Thomas Egan, quien vive una especia de doble vida ya que va todos los días conduciendo a su trabajo en una base militar, se mete en un bunker, comanda un drone y mata mucha gente, para luego regresar a su casa con su familia.
La premisa es muy interesante dado a que plantea como este tipo que ha siso piloto de la vieja escuela prefiere esos combates y regresar a los mismos, mientras en paralelo muestra como la guerra lo afecta mucho a nivel personal y familiar aunque no se encuentre en la zona de combate.
Ethan Hawke hace un gran papel, tal vez uno de sus mejores laburos porque podemos ver una faceta de él poco explorada.
Si bien hay mucho diálogo y su personaje habla bastante de lo que le pasa, son sus miradas las que dicen todo y da mucho gusto ver una labor actoral así.
El resto del elenco está bien pero sus personajes no poseen mucho desarrollo por lo cual son opacados con facilidad por Hawke.
Máxima precisión, cuyo título original “A good kill” (una buena matanza) es un mote que se repite bastante en la cinta, funcionaría mucho mejor como punto de partida para explicar el escenario planteado por el director Andrew Niccol.
Esta es su mejor película desde El señor de la guerra (2005) dado a que sus últimos dos films fueron bastante impersonales y marketineros.
Aquí genera tensión en pocos planos observando lo que los protagonistas ven en un monitor. Así de simple. Y muy efectivo.
Si bien Máxima precisión no trascenderá como una obra fundamental del cine, es una muy buena opción para ver, muy entretenida y original. Una especia de lavado de cara a las películas bélicas.