Matar o morir

Crítica de Tomás Ruiz - EL LADO G

Matar o Morir puede ser entretenida, pero solo para pasar un rato lejos de la realidad.

Hay películas que han servido para acomodar actores y actrices en géneros determinados. Jennifer Garner es el claro ejemplo de este paradigma, la mayoría del público logró descubrirla luego de su participación estelar en Como si tuviera 30 (2004), una película que se repitió hasta el hartazgo por los canales de cable y aire, pero que sirvió para descubrir un gran talento. Pero un año atrás, Garner tuvo un papel bastante importante en la adaptación cinematográfica de Daredevil (2003), cuando le tocó interpretar a Elektra Natchios, un personaje con una relevancia sustancial en todo lo que se refiere a Marvel y que si bien esa cinta no fue un éxito ni nada parecido, Elektra se ganó su film en solitario en 2005. Ahí a Jennifer sí que le fue mal, ya que la peli tanto para fanáticos como para la crítica, fue un fiasco rotundo.

Ahora, Jennifer Garner busca tener revancha en las pelis de acción y es por eso que protagoniza Matar o Morir (Peppermint). Riley North (Garner) era una madre de familia de lo más convencional, hasta que un cártel mexicano le arrebató a su familia de una de las peores y más traumáticas formas. Años más tarde y luego de un arduo entrenamiento cuasi militar, Riley está preparada para ejercer justicia por mano propia y por fin vengarse de quienes se llevaron a sus seres amados. Ella contra el mundo deberá luchar contra la corrupción del sistema de justicia, las fuerzas policiales y el mismo cártel en la búsqueda de venganza.

Siempre está bueno que los estereotipos se rompan. Todos. Si algo dejó en claro una película como Atomic Blonde (2017), es que una mujer se puede hacer cargo tranquilamente de una peli de acción sola y no tiene nada que envidiarle a las historias de machotes que disparan antes de preguntar que tanto se consumen. Matar o Morir, tiende a ir para ese lugar pero se olvida de algo tan sustancial y clave, como lo es el desarrollo de una historia, con un guion creíble y personajes secundarios que aporten elementos a la trama. La peli gira en torno a Riley North y los escritores bien lo hacen notar, porque es lo mejor que tiene la película y en sí su construcción no es del todo buena. Pero todo lo demás deja mucho que desear. Los personajes secundarios no logran engranar en el relato y cuando les toca participar se sienten forzados. Hay giros en cuanto a lo argumental que pierden efecto en su re-utilización y otros que ya de por si, son ridículos.

Cuesta creer que el director Pierre Morel, no haya sabido como narrar una historia del tipo que mejor les sienta. Entre sus tantos títulos de acción, se destaca Búsqueda Implacable (2008) y si algo bueno que tiene la saga de Liam Neeson es que dentro de todo, se maneja dentro de un campo verídico bastante convincente. Acá, pasa todo lo contrario en todas las situaciones. Desde la rapidez en aprender tácticas militares, como accionar armamento y una gran habilidad para aguantar disparos a quema ropa, cada escena se desacredita cada vez más rápido.

Por suerte para Jennifer Garner y teniendo en cuenta la falta de desarrollo de su personaje, ella es lo mejor de la película. Con un trabajo físico tremendo y una capacidad para realizar coreografías de peleas, la peli toma un poco de fuerza cada vez que ella se encarga de patearle el culo a los malosos de turno. El resto del elenco pasa desapercibido y eso que tiene un cast bastante completo con actores como John Gallagher JR o John Ortiz, pero que no pueden desplegar lo mejor de ellos por una estructura que no puede sostener nada.

Matar o Morir puede ser entretenida, pero solo para pasar un rato lejos de la realidad. Si la apuesta de sus productores es la de generar una saga o franquicia, luego de un final súper abierto, como ítem principal deberán corregir el desarrollo de sus personajes y las situaciones con la que se encuentran, sino terminara siendo una idea muy prometedora que termino pasando sin pena ni gloria por los cines.