Matar o morir

Crítica de Jessica Blady - Malditos Nerds - Vorterix

UN PLATO QUE SE SIRVE TIBIO

Jennifer Garner vuelve a patear traseros, pero la historia no la acompaña.
La venganza no es exclusiva de los hombres, como tampoco el cine de súper acción. Pierre Morel, responsable de “Búsqueda Implacable” (Taken, 2008) y de convertir a Liam Neeson en un héroe madurito, hizo escuela en esto del “ojo por ojo”, y empapado de este nuevo empoderamiento femenino que salpica todos los rincones de la industria, se despacha con “Matar o Morir” (Peppermint, 2018), un thriller dramático cargado de violencia, pero con muy poco contenido.

Celebramos que Jennifer Garner se ponga al frente de esta historia y vuelva al terreno de Sydney Bristow pateando traseros, pero el guión de Chad St. John -“Londres Bajo Fuego” (London Has Fallen, 2016)- no le otorga las herramientas suficientes para lucirse, como sí lo hacía, por ejemplo, la serie producida por J.J. Abrams.

La cosa empieza cinco años atrás, con Riley North (Garner), y su bella familia, que hace lo que puede para apaliar los problemas económicos. Ellas trabaja en un banco, mientras su marido Chris (Jeff Hephner) se rompe el lomo como mecánico, todo para darle a su pequeña hija Carly el mejor pasar. El problema es que el señor North intenta buscar una salida más fácil, pero a último momento se arrepiente y decide evitar involucrarse en los chanchullos de un amigo, quien intenta robarle a Diego Garcia (Juan Pablo Raba), un poderoso narcotraficante.

Claro que a Garcia no le gusta que le toquen el bolsillo, y aunque Chris no hizo nada malo, igual piensa dar el ejemplo y demostrar que, con él, nadie se mete y vive para contarlo. El día del cumpleaños de Carly, los North salen de paseo y son sorprendidos por los hombres del mafioso que arremeten contra ellos. Se imaginarán que la única sobreviviente del tiroteo es Riley, y a pesar de identificar positivamente a los perpetradores, todos quedan en libertad por culpa de algunos funcionarios corruptos, y el hecho de que a ella la consideran un poquito traumada como para tener en cuenta su testimonio.

Cinco años después, durante el aniversario de aquella fatídica noche, los cadáveres empiezan a acumularse. Primero, los tres supuestos sospechosos, después el juez y el abogado de la causa. La policía está un tanto consternada por la violencia de los crímenes, pero todas las pistas confluyen en Riley North, ahora convertida en una Charles Bronson revanchista.

Nadie sabe muy bien qué anduvo haciendo la señora a lo largo de todos estos años, pero entre los detectives Stan Carmichael (John Gallagher Jr.), Moises Beltran (John Ortiz) y la agente del FBI Lisa Inman (Annie Ilonzeh), van a tratar de descifrar sus intenciones y detenerla antes de que sea demasiado tarde.

La cuestión es que Riley no tiene nada que perder y, además, para muchos está considerada una justiciera más que una criminal. Sí, la opinión pública tiene un peso específico en esta historia, aunque Morel nunca lo desarrolla y se decide por una trama llena de acción desenfrenada, violencia extrema, tiros y explosiones. Hay atisbos de explicar cómo una tranquila ama de casa se convierte en la versión femenina de Rambo, pero igual nos cuesta comprar este argumento demasiado exagerado y agarrado de los pelos. Ojo, si se tratara de un hombre, tampoco funcionaria, ya que al menos, en el caso de Liam Neeson y su Bryan Mills, dábamos por sentado que se trataba de un ex agente súper entrenado.

La venganza mueve montañas, pero lo de Riley se hace poco creíble. Igual, “Matar o Morir” entra en ese subgénero de “vigilantes” que se enfrentan solitos a un ejército y salen bien parados porque el bien siempre gana, no importa que tan chifladito esté el justiciero en cuestión.

Morel y John se esfuerzan demasiado en mostrarnos a Riley como un personaje fuerte y patea traseros que, con algunas habilidades aprendidas por el camino, puede enfrentarse a todos los delincuentes de la zona. Suman policías ineptos, personajes corruptos y malos muy malos sin muchas justificaciones, como para llenar todos los casilleros de los lugares comunes.

Nos resulta imposible empatizar con un personaje como el Garner. Sí, la pobre mujer perdió a su familia, la hicieron pasar por loca y, encima, no recibió ni un poquito de justicia; pero los realizadores la convierten en esa loca descontrolada que dispara y luego pregunta, casi sin ninguna escala.

“Matar o Morir” es una película vacía, como tantas otras de súper acción. Pierde la oportunidad de presentarnos una gran historia encabezada por un personaje femenino, de esos que no abundan, en cambio, utiliza una fórmula gastada que puede funcionar para ciertos arquetipos ya en desuso, pero no para un planteo de 2018.

Sabemos que Morel sabe filmar muy bien este tipo de encontronazos, y que Garner se le planta a cualquier desafío, pero acá hace lo que puede con lo que tiene que, en realidad, es bastante poco, y no logra conquistar nuestros corazones. El final nos llega de forma predecible, con falta de emoción, y casi que lo esperamos con los brazos abiertos después de más de hora y media de este juego del gato y el ratón entre los buenos, los malos y Riley, que no termina de decidirse.

LO MEJOR:

- Si querés acción, vas a tener acción.

- La venganza no discrimina entre sexos.

LO PEOR:

- La historia y los personajes carecen de desarrollo.

- Demasiados lugares comunes, a pesar de su antiheroína.