Masterplan

Crítica de Nicolás Manca - El Espectador Avezado

En su primer largometraje de ficción los hermanos Levy, Diego y Pablo, nos traen esta divertida y absurda comedia, sobre un hombre llamado Mariano, interpretado por Alan Sabbagh, que, a punto de mudarse con su novia (Paula Grinszpan), decide llevar a cabo una estafa para poder comprar los electrodomésticos y demás cosas que le hacen falta para llevar a cabo la mudanza.

Siguiendo el consejo de su “brillante” cuñado ambos se embarcan en un fraude donde compraran la mayor cantidad de cosas en un día pagando con tarjeta de crédito y luego Mariano denunciará la tarjeta como perdida. Una estafa no demasiado compleja, como el film, pero que al contrario del film no termina por funcionar.
Y cuando las cosas no salen bien comienza una espiral descendente que le complicará la vida al protagonista, que tendrá que manejar las presiones del implacable agente de seguros (un genial Campi) que lo entrevistará en relación al robo de la tarjeta, además de tener que abandonar su auto, un impecable Siam Di Tella de los 60 y denunciar el robo del mismo, para hacer la historia más creíble, las presiones laborales y sobre todo las de su novia que lo nota tenso y distante y se imagina lo peor, o por lo menos no lo que en realidad está sucediendo.
Mientras hace malabares con su vida para que no se desmorone, nuestro anti héroe del relato entablará una amistad con un vagabundo que utiliza su Siam como casa, quien será su cable a tierra en medio de tanta locura.

El film cuenta con un tono apacible, un guión poco cargado, donde los diálogos son naturales, básicamente típicos de la clase media argentina, pero a la vez contará con situaciones delirantes y personajes absurdos.
Por supuesto que funciona, logra el primer objetivo de entretener y lograr la risa de gran manera. Y mientras se ríe de los argentinos, de todos y de algunos en especial, la película cuenta con un humor muy sano, muy poco agresivo, muy nacional, o por lo menos porteño y muy apto para todo público.
Además de eso cuenta con grandes actuaciones en general, y se destacan además de Sabbagh y Campi, mencionado anteriormente, Andrés Calabria como el vagabundo y Carlos Portaluppi como el perito policial.
Una gran pequeña comedia argentina, de directores jóvenes con un futuro prometedor, que logra despertar carcajadas y hacernos pasar un buen rato. El film es simple, lento y un tanto sufrido, sobre todo por sus personajes, pero funciona. Una interesante propuesta, que termina por ser un tanto distinta a lo que el cine nacional nos tiene acostumbrados, pero sin llegar a ser una rareza.