Más respeto que soy tu madre

Crítica de Jorge Bernárdez - Subjetiva

«Más respeto que soy tu madre «fue primero el segmento del blog, nada menos que Orsai de Hernán Casciari. Era la época del reinado de los blogs y Orsai era el mejor de todos. Más respeto… creció, llegó a ser un libro y después se trasladó al teatro de la mano de Antonio Gasalla. No hay que engañarse, para el mundo del espectáculo, la historia central que era el diario de una película de clase media baja -con la madre interpretada por un Gasalla travestido- era una asociación directa, se caía de maduro con Esperando la carroza. No es un delito, así funciona el negocio y este funcionó muy bien. No hacía falta explicar que Mamá Cora no tenía nada que ver con la protagonista de la obra de Casciari, estaba Gasallla sobre el escenario al mando contando la degradación de una familia de clase media baja en un país que vive en crisis pero donde al final, todos los desastres o traumas tienen solución aunque a lo largo de la obra todos fueran bastante desagradables. Fue un éxito y se recibió de clásico, incluso con cambios de elenco y esas cosas habituales en obras que se representan durante varias temporadas. Era cuestión de tiempo para que la obra mutara una vez más y se transformara en otra cosa, pudo haber sido una serie, pero fue el cine quien sedujo al autor y Marcos Carnevale el encargado de dirigirla.

Lo mejor que se puede decir de esta nueva versión de la misma historia, es que justamente, no es exactamente la misma historia. Casciari y Christian Basilis escribieron el guión tratando de darle un espíritu cinematográfico y modernizando algunas cosas. Pero Carnevale se puso detrás de las cámaras invocando el espíritu de Alejandro Doria y dispuesto a traer al SXXI el mismísimo espíritu de Esperando la carroza.

Mirta Bertototti es la autora del blog (Florencia Peña), que rompiendo la cuarta pared nos cuenta a los espectadores las peripecias de su familia durante la crisis de 1999.

Mirta tiene un esposo que hace 20 años que trabaja en lo que puede, pobre Zacarías (Guillermo Arango), ahora está de repartidor de pizzas. Tienen tres hijos que por supuesto hacen lo que se les canta y uno de ellos está de novio, es gay y se está por ir a Boston por una beca. No hay mucho más para contar si no queremos arruinar la experiencia de quien se acerque a las salas. Bueno, nos estamos olvidando de un personaje central que es el abuelo interpretado por Diego Peretti. Se trata de un anciano fumón, que escucha a Los Ramones y al que no le importó nada sostener la pizzería que heredó de su padre interpretado con cierto aire al finado Darío Vittori por el mismo Peretti en un flasback metido un poco forzadamente. Todos son buenos actores y tienen claro lo que requiere la comedia, el problema de Más respeto que soy tu madre en esta versión es su aspiración de ser una nueva Esperando la carroza cuando ya con una nos alcanza. Y sobra. No hay frases que hagan historia, no hay demasiado arte en la puesta en escena y todo está dicho a los gritos y a las apuradas.

El principal problema de esta película es volver a un costumbrismo que ya pensábamos guardado en la baulera, pero que Carnevale pensó que valía la pena revivir a pesar de ya está claramente rancio.

MÁS RESPETO QUE SOY TU MADRE
Más respeto que soy tu madre. Argentina, 2022.
Dirección: Marcos Carnevale. Intérpretes: Florencia Peña, Diego Peretti, Guillermo Arengo, Ángela Torres, Agustin Battioni y Bruno Giganti. Guion: Hernán Casciari y Christian Basilis. Fotografía: Horacio Maira. Sonido: Leandro De Loredo. Edición: Luis Barros. Música: Gerardo Gardelin. Distribuidora: Star Distribution (Disney). Duración: 100 minutos.