Más fuerte que el destino

Crítica de Iván San Martín - Cinergia

Reto al destino

El 15 de abril de 2013 mientras se desarrollaba la Maratón de Boston explotaron dos bombas en cuestión de segundos.Este atentado dejó un saldo de tres muertos y 282 heridos, uno de ellos fue Jeff Bauman a quien le tuvieron que amputar ambas piernas por debajo de la rodilla.

Bauman (Jake Gyllenhaal) va como espectador a la maratón con el objetivo de reconquistar a su novia Erin Hurley (Tatiana Maslany) cuando ella atravesara la meta, pero las bombas impiden que se produzca el encuentro: Jeff termina gravemente herido ya que se encontraba cerca cuando detonaron uno de los explosivos y deben amputarle las piernas. Este hecho convierte a Jeff en un héroe y su historia de superación quedará marcada en la historia.

El director David Gordon Green toma el libro que escribió el propio Bauman sobre el hecho y se une al guionista John Pollono para adaptarlo a la gran pantalla. El principal problema es que desde el primer momento no pudo lograr algo que se destaque y termina haciendo una película con todos los clichés que se ven en las de este tipo.

Lo más destacado de la película son las actuaciones de Gyllenhaal quien desde que sale del hospital no se muestra muy de acuerdo con el status de héroe que le otorga la sociedad y que lo va convirtiendo en una estrella a la que bautizan con el apodo de “Boston Strong”, y de Maslany quien tomará el rol de cuidadora, asistente y que va a contenerlo cuando tenga sus crisis, pero quien también se siente culpable por lo que le pasó.

Más fuerte que el destino es una película que pasa sin pena ni gloria, si bien el relato es sólido, no logra enganchar al espectador y sus casi dos horas de duración no solo se sienten sino que parece más larga de lo que finalmente es y termina siendo un alivio cuando aparece el texto y las imágenes que cuenta que fue de la vida de Bauman.