Marte necesita mamás

Crítica de Romina Gretter - El rincón del cinéfilo

Del mismo director de “El príncipe de Egipto” (1998), Simon Wells, llega esta última producción de Robert Zemekis, Disney Digital 3D e Imax 3D.

“Marte necesita mamás” está basado en el libro infantil de Berkeley Breathed, que narra la historia de Milo, un niño cuya mamá es secuestrada por marcianos. Milo se embarca entonces en su rescate, y eso lo llevará a vivir un sin número de aventuras en el planeta rojo, en donde conocerá a seres inolvidables como Gribble (un gordo treintañero con alma de niño, que con sus dispositivos tecnológicos ayudará a Milo a escapar) y Ki (una simpática marciana, atraída por el arte y la cultura hippie).

Técnica. Realizada por el mismo equipo que participara en “Los fantasmas de Scrooge” y de “El expreso polar” (2004), la película utiliza la técnica capture performance. En esta técnica, la animación cobra vida a través de la labor de personas reales que se mueven, hablan y saltan. Mediante trajes con sensores que usan los actores (en este caso, Seth Green, Joan Cusak, Dan Fogler, Mindy Sterling y Elisabeth Harnois), sus movimientos son capturados y aplicados en un modelo tridimensional generado por ordenador.

Este efecto realiza un interesante juego visual, en el cual los dibujos se convierten en reales y las personas reales en dibujos, y esto crea un universo artificial por partida doble.

Personajes. Ninguno se caracteriza por una verdadera innovación. Están construidos y atravesados por personajes vistos en otras películas o series. Creo en todo caso, que su virtud está en su apariencia; es allí donde radica cierta originalidad, en las personificaciones de los marcianos principalmente. Con un lenguaje inteligible, pero que sonoramente recuerda a las lenguas orientales, y una celadora cuyo peinado y vestidos, remite también a la cultura china. Las jóvenes marcianas, poseen una silueta que se asemeja a las de las hormigas (mucho más estilizadas eso sí) y sus trajes tienen similitudes con los vistos hace no tanto en “Tron, el legado” (2010). Mientras, los marcianos son un entrecruce entre hippies y rastafaris, con sus colores, collares, sus barbas y su pelo con rastas.

La estética retro subyace a lo largo de todo el film, y esto puede apreciarse hasta en su afiche, cuya tipografía roja evoca a la filmografía de los años `70.

Historia. Es bastante ñoña y predecible, pero rescato su mensaje, que lejos de ser conservador, lo recibo más bien como contestatario frente a la desigual y avasallante emancipación femenina en el ámbito de la procreación y la crianza de los niños. Es claro el paralelismo que traza entre esta realidad terrestre, y la sociedad marciana, regida por mujeres que hacen del trabajo su vida, sin tiempo siquiera para poder educar a sus hijos.

Por otro lado, “Marte necesita mamás” aunque no puede evitar hacer un chiste sobre la carrera espacial que llevara con Rusia en épocas pasadas, nos hace sospechar si su ahora enemigo espacial es China (¿de allí la preponderancia de elementos orientales?) como bien lo indicara el documental “Pax Americana” (2009). Es que esta película pese a su simpleza, propone además de la historia principal, un conjunto de pequeñas lecturas posibles tendientes a entretener a los más adultos.

Aunque las críticas en general (y los números de la taquilla) no han sido de lo más alentadoras en EEUU, creo que se trata de una buena opción, cargada más bien de ternura y nostalgia, que de originalidad o singularidad.