Marte necesita mamás

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Marte Necesita Mamás es el fruto de la alianza entre la Disney y la empresa de efectos digitales ImageMovers, propiedad de Robert Zemeckis y responsable de los CGI de Beowulf y El Expreso Polar. Aquí los chicos de Zemeckis demuestran que se han puesto las pilas y han depurado el proceso de captura de movimientos - lo suyo es similar a lo que hacía Andy Serkis con el Gollum de El Señor de los Anillos y el mono gigante de King Kong, con la diferencia de que lo que aquí se anima son directamente dibujos animados -, llevándolo a un nivel de realismo impresionante. Lamentablemente los chiches visuales no lo son todo y, si bien la historia no es mala, termina por resultar algo simplista.

Si uno la ve en detalle, Marte Necesita Mamás funciona como una especie de alegoría sobre las mujeres profesionales que prefieren su carrera a tener una familia (o si la tienen, delegan a terceros el cuidado de la misma). En Marte hay un durísimo régimen de matriarcado, en donde las mujeres descartan a los varones, tienen niños caídos del cielo (bah, nacen en lotecitos de tierra (??)), y se lo entregan a robots niñeras para así poder seguir con lo suyo. El libreto jamás se preocupa de explorar este tema ni cómo la sociedad marciana ha llegado a esto. Existe per se, lo que motiva a que deban raptar una madre terrícola cada tantos años para recalibrar al ejército de niñeras robot y así criar a una nueva generación de bebés marcianos. Como todo esto no era más que un libro de 40 hojas, los libretistas deciden meter relleno a lo pavo con una sarta de persecuciones interminables.

Desde el punto de vista técnico, Marte Necesita Mamás es un orgasmo visual. La animación digital es nítida, brillante y tan detallada que, por momentos, resulta imposible afirmar que estamos viendo un dibujo animado. La gente de Zemeckis ha mejorado los actores digitales a tal punto que se ven reales, y ya no tienen esa mirada muerta que afectaba la perfomance de Beowulf. No sólo pelo, piel, ojos se ven reales sino que los personajes son enormemente expresivos y se dan el lujo de exhibir sutilezas. Cuando la mamá (Joan Cusack) pelea con su hijo (Seth Green) y se empieza a quebrar lentamente en llanto, los gestos son de una riqueza fabulosa.
El punto es que, si bien la historia tiene un par de momentos emocionantes, Marte Necesita Mamás tiene algo de oportunidad desperdiciada. Es muy correcta y es entretenida pero, desde que el chico aterriza en Marte, sólo sigue una correria tras otra para salvar a la madre, y no hace pausas para analizar el mundo en donde fue a parar el personaje. También es cierto que hay muy pocos caracteres secundarios y los que hay no son demasiado ricos. Por ejemplo, para dar explicaciones sobre lo que ocurre en el planeta rojo, el libreto inserta un terricola que también llegó a Marte cuando era niño y se tuvo que criar solo - un papel ideal para Jack Black, aunque aquí cae en manos de Dan Fogler (el anodino clon de John Belushi en Fanboys) -, pero el personaje bordea lo molesto y sólo sobre el final se humaniza y se redime. El otro compañero del protagonista es una marciana enamorada de la cultura hippie de la Tierra y que devora sitcoms de los años 60, pero su única función es salvar a los personajes principales cuando las papas queman. Ni siquiera hay un villano elaborado como la gente, y eso que contrataron a Mindy Sterling (Frau Farbissima de la saga Austin Powers), una actriz que derrocha gracia por todos los poros pero a la que relegaron a un papel pobremente escrito.

Marte Necesita Mamás es simplemente correcta. No hay nada malo con el filme; sólo es demasiado lineal. Lamentablemente la gente le dió la espalda y no llegó a recaudar ni el 15% de su presupuesto de 150 millones de dólares, lo cual atenta contra la salud de la animación digital. Al parecer la magia en la taquilla de este tipo de producciones está reservada para Pixar y Dreamworks, y este filme termina por probarlo.