Marta Show

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

"Marta Show. Con Malena y Carol" reza el cartel casero contra la reja de una plazoleta barrial. Lo que viene mezcla lo extravagante, lo imposible y lo puramente bizarro. Suerte de performance con grabador sobre la calle, la música acompaña a dos chicas jóvenes con tutús clásicos sobre calzas oscuras y a una estrafalaria señora de más de 75 años, también de calzas, que, gozosa, acompaña con agilidad un ritmo ochentoso.

La película de Malena Moffat y Bruno López permite conocer uno de los increíbles personajes que habitan Buenos Aires. Esta señora que presenta su show en la calle (le suena mal que digan "show callejero") fue bailarina de cabaret y una pionera del striptease en Buenos Aires, según confiesa un contemporáneo de la performer que no dudamos visualizó a Marta cuando escandalizaba a desprevenidos y complacía a otros. Ahora está en situación de calle, como metaforiza la actualidad para suavizar los significados. Algo pasó: Marta fue internada por una crisis emocional y salió sola a la realidad habitual. Pero lo increíble es que, elegido el espacio callejero donde vivir, hace catorce años, también diagramó un show, ahí nomás, en la Plaza 1º de mayo, del barrio de Balvanera, donde ahora, con la ayuda de dos chicas jóvenes improvisa su espectáculo.

HAPPENING URBANO
Documental inquieto como su protagonista, la cámara sigue a la incansable Marta con el carrito improvisado que atesora sus pertenencias y una palmera envuelta que alguien le dijo que iba a crecer. Dar de comer a las palomas, bailotear y hacer playback con sus ropas coloridas, luciendo unos dientes que no van con el resto de su persona, son sus tareas habituales.

La directora (hija de Alfredo Moffat, creador del Bancadero, mutual psiquiátrica gratuita), que es también actriz, la conoció en un taller de arte y con una amiga la ayudaron para mantener el show, una maratón donde la música de Sandro, Los Chiringuitos o Demis Roussos tienen su lugar con algún desarrapado que se incorpora a la celebración. Porque a Marta no sólo la miran asombrados los paseantes, hasta hay un turista oriental que baila con ella, mientras algún contemporáneo la espía disimulado por la cortina de la ventana de una planta baja.

"Marta Show" visibiliza a una de nuestras desconocidas. Esa que en la línea del mejor Cronenberg ("Videodrome") habla de las máquinas electrónicas que te dicen cosas malas de otra persona para que vos te molestes con ella, pero también afirma que su show distrae, saca la mufa y que la vida es una ilusión óptica.
Con Malena Moffat y Carol, Marta -como diría el creador del Bancadero- ""redistribuye la locura"" entre música, canciones de Raffaella Carrá o Sandro. Socializa un show ""con buena onda"", protagoniza su psicodrama para los demás.