Mariposa

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

Una propuesta narrativamente compleja y visualmente deslumbrante sobre el deseo, el amor y el destino.

El efecto mariposa

Mariposa es el cuarto largometraje del director Marco Berger, segundo en llegar a las pantallas este años debido al retraso en el lanzamiento de su anterior film Hawaii. Pero a pesar de las pocas semanas que distancian a una de otra, ambas cintas no podrían ser más diferentes. Berger ya había demostrado una gran facilidad para moverse de un género a otro, de la comedia al thriller y de allí al drama intimista. Esta vez la propuesta viene por el lado de la ciencia ficción, o al menos su gestación, para luego derivar en dos tramas que si bien comparten los mismos personajes, cada una tendrá su propio tono.

Basada en concepto conocido como efecto mariposa, en el que una mínima discrepancia dispara o abre una linea de tiempo alterna o paralela, el realizador de Plan B y Ausente lo toma como base para contar en dos realidades la historia de amor entre Romina (Ailin Salas) y Germán (Javier Di Pietro). La película es, sin dudas, la más compleja y ambiciosa de Marco Berger hasta hoy. No solo porque busca retratar dos historias, cada una con un registro distinto y todo al mismo tiempo. También por la forma en que se decidió contarla, moviéndose entre una trama y otra simplemente con un truco de cámara o de montaje.

Todo comienza cuando justamente el aleteo de una mariposa divide los dos relatos. En uno de ellos Romina es abandonada por su madre y criada por una familia que la encuentra al costado de la ruta. Allí crece junto a su hermano Germán, con quien a pesar de tener un vinculo estrictamente postizo hay un mutuo deseo y la tensión sexual entre ellos se siente en el aire. En la otra historia Romina se cría con su verdadera familia y el vínculo que la une con Germán es de amistad, o ni siquiera. Romina es la novia de su mejor amigo y, a la vez, Germán es novio de la mejor amiga de Romina, por lo que nuevamente se dará un juego entre ellos, aunque esta vez es más inocente, casi con momentos salidos de una comedia de enredos.

En Mariposa Berger vuelve sobre los temas que marcaron toda su filmografía: la propia represión, el deseo, la identidad sexual y, en definitiva, la búsqueda del verdadero amor. Búsqueda que una vez más no será sencilla y será el motor detrás de todos y cada uno de los personajes. Pero la complejidad de narrativa de Mariposa -aparte de los enormes trabajos de Salas y Di Pietro- es donde reside gran parte de su encanto. Principalmente porque nos llega como una propuesta diferente, que no debe ser tomada a la ligera y que exige atención por parte de los espectadores. Al mismo tiempo es visualmente hermosa, con una paleta de colores que dota de belleza cada uno de los planos -que parecieran estar tan pensados como su preciso montaje- y transformando a la ciudad de Tandil en un espacio casi onírico que la vuelve desconocida incluso para los que la visitamos, y que resulta el lugar perfecto para situar esta historia.

Conclusión

Mariposa es una nueva conquista en la filmografía de Marco Berger. Quien logra con este film su trabajo más complejo y hermoso hasta hoy, tanto desde lo narrativo como desde lo visual. Aunque nace como una propuesta de ciencia ficción, rápidamente se transforma en cuento sobre el destino de Romina y Germán que camina sin inconvenientes por la fina linea que divide al drama de la comedia. Y es en los momentos agridulces, cuando esa linea comienza a desaparecer frente a nuestros ojos, donde Mariposa logra transformarse en una propuesta diferente que va mucho más allá de sus logros técnicos.