Marilyn

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Descubriendo la identidad

El primer largometraje de Martín Rodríguez Redondo, Marilyn (2018), director del cortometraje Las Liebres (2016), narra la historia del despertar sexual de un adolescente y el proceso de construcción de su identidad en un entorno conservador y hostil por parte de su familia y la sociedad que lo rodea.

Situada en una localidad rural al sur de La Plata, la trama indaga en un caso real emblemático de discriminación en Argentina. Marcos es un adolescente que vive con sus padres y su hermano mayor en una granja en una zona asediada por merodeadores que matan a las vacas por su carne. La muerte del padre de Marcos acelera los tiempos de la inserción del adolescente en la rutina de la casa mientras el joven le oculta como puede a su familia sus inclinaciones sexuales en medio de un verano muy caluroso. A la vez que la situación con los cuatreros se torna insostenible y el dueño de la chacra intima a la familia a irse para mejorar la seguridad, los jóvenes de la zona hostigan a Marcos, que decide mostrarse tal cual es en el carnaval. La relación con Federico, otro joven de La Plata, le da un respiro al protagonista pero el ocultamiento de su identidad a su familia tendrá graves consecuencias para el futuro de la pareja.

Con una extraordinaria actuación de todo el elenco y principalmente del protagonista, Walter Rodríguez, Marilyn desarrolla un gran relato sobre las transformaciones y los momentos más transcendentales de los cambios en la vida de un joven. A pesar de ser un film de temática LGBT, el periplo funciona como una historia universal sobre el rechazo conservador a lo diferente que rompe con los moldes preestablecidos.

El guión cansino de Rodríguez Redondo junto a Mara Pescio y Mariana Docampo crea una trama de momentos paradigmáticos y traumáticos en la que el descubrimiento de la sexualidad va cediendo lugar a la discriminación y a la violencia de parte de la familia y de toda la comunidad, llevando al muchacho hacia una situación insostenible e imprevisible.

Marilyn se adentra en la identidad LGBT a partir del choque entre la construcción propia de la identidad y la mirada conservadora de la familia y el pueblo, dos instituciones sociales que consideran su comportamiento como una perversión que debe ser corregida. El conflicto entre ambas concepciones traslada el lugar de la perversión y la degeneración hacia los que hostigan al joven, que solo desea expresar su sexualidad. El film corre los significantes para darle un nuevo significado de libertad a la actitud de Marcos, que solo busca encontrar el amor a través de su identidad. Rodríguez Redondo logra así romper con algunos tabúes construyendo un gran relato que estremece por su realismo y plantea interesantes interrogantes sobre las preconcepciones de las instituciones sociales, las nuevas dinámicas familiares y el odio cimentado por la intolerancia y la ignorancia.