Mariel espera

Crítica de Mex Faliero - Fancinema

UNA ESPERA QUE DESESPERA

Mariel espera, la película de Maximiliano Pelosi, casi que se condena desde su misma premisa: porque cómo hacer del drama de una mujer que pierde un embarazo y tiene que esperar durante varios días que su organismo despida el embrión sin gestación, un film atractivo que eluda el dato morboso. Digamos que por momentos el director y guionista lo logra, contando la intimidad de una pareja con bastante sensibilidad y verismo, pero que en otros pasajes cae en la tentación del impacto innecesario que golpea al espectador con demasiado mal gusto. Digamos, Mariel espera es una película un poco mejor de lo esperado (si hasta tiene el acierto de aprovechar narrativamente la habitual apatía de Juana Viale) pero también se queda bastante lejos de profundizar en las honduras psicológicas que busca.

Uno de los problemas fundamentales de la película es la incapacidad de hacer que sus imágenes sugieran algo más allá del tema, que tengan segundos o terceros niveles: si hasta se podría utilizar el recurso del embarazo frustrado para hablar de cierta incomodidad en los sujetos sociales del hoy. Algo de eso hay, con el esposo ocupado en la compra de una nueva vivienda, la madre invasiva, las amigas preocupadas en sus roles maternales exacerbados y la mujer que se siente lejos del rol de madre impuesto, pero el film es tanto su protagonista y su protagonista está tan detenida en su drama, que la película construye un clima demasiado asfixiante que termina inmovilizando al propio relato. El corte final, que resuelve las situaciones en el mismo momento en que la protagonista resuelve de alguna manera su drama, es una demostración de la dificultad de la película por ir un poco más allá de lo que la premisa indica. Como ejemplo contrario, pensemos en la reciente Elle de Paul Verhoeven y de cómo una violación es apenas la punta de un iceberg que con poder satírico deconstruye a una sociedad. Ni por asomo aquí nos encontraremos con algo parecido.

Es verdad que Mariel espera busca un tono medio que la aleje del sensacionalismo y que encuentra en el vínculo entre Viale y Diego Gentile algunos buenos pasajes donde la experiencia de esa pareja se siente real (decíamos de la inexpresividad de la actriz, que aquí es aprovechada con un personaje que atraviesa su drama desde la introspección). Pero la puesta en escena de Pelosi es tan televisiva, incluso la música tiene una presencia y consistencia tan de telenovela, que todo lo bueno que pueda haber se pierde en medio de un producto pensado casi como un regulador de debates sociales. Más allá del tema y la forma en que se lo aborda, lo realmente ausente en el film es una sustancia cinematográfica que le otorgue un peso dramático. Mariel espera se esfuerza tanto por contener las emociones de una historia que podría volcar hacia el melodrama, que termina resultando demasiado fría y calculadora.