Mari

Crítica de Milagros Amondaray - La Nación

El documental de Adriana Yurcovich (El ambulante) codirigido junto a su hija, Mariana Turkieh, aborda la problemática de la violencia de género dejando que la historia respire, y pone el acento en la importancia de la solidaridad para salir de la opresión. Mari es María Luisa Suárez, una mujer que viaja todos los días desde Laferrere a Palermo, donde trabaja como empleada doméstica. Un día, le pide a Adriana, directora del film, si puede quedarse en su casa. No hace falta decir más que lo que relatan sus amigos y vecinos: la mujer sufrió violencia por parte de su marido por años y necesita de una red de contención para volver a empezar. Yurcovich y Turkieh muestran cómo Mari se va aclimatando a su flamante presente, que también implica superarse mediante el estudio y recuperar todo aquello que le fue quitado.

Las realizadoras, quienes obtuvieron el premio SIGNIS en la última edición del BAFICI, filman con economía de recursos, cediéndole la palabra a Mari, una persona entrañable cuya transformación se percibe tanto en su cuerpo -deja de caminar como si cargara con el peso del mundo a cuestas- como en su mirada, que se va encendiendo a medida que los vínculos que creía perdidos regresan para escucharla. El documental refleja la apertura de quien estuvo puertas adentro, privada del disfrute de lo mundano, deja fuera de foco lo que ya está implícito y pone al frente el renacer de Mari, brindando así una visión esperanzadora sobre la reconstrucción femenina.