Mari

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Se trata de un documental muy especial.  Hablar de represión y violencia doméstica no es nuevo en el género, una problemática siempre vigente en nuestra sociedad. Pero esta vez la historia es realmente singular. Mari es una mujer que habla poco y que durante treinta años trabaja en la casa de la co-directora del film. Un día llega con el  pedido de refugio porque abandonó su marido represor y violento que la tuvo dominada durante años. Un hombre que sistemáticamente la insultaba, golpeaba y disminuía porque había tenido un hijo soltera. Después de toda una vida Mari se atrevió. Y tuvo la dicha de que su empleadora Adriana Yurcovich le diera un cuarto para instalarse en su casa y después le propuso  filmarla con su hija, la directora y productora Marina Turkieh.  Madre, hija y Mari nos muestran el lento florecer de una mujer con poca formación que empieza a estudiar para terminar sus estudios primarios, secundarios y emprender los terciarios, pero por sobre todo es alguien que descubre las maravillas de la libertad, la posibilidad de darle un giro radical a su vida. Conmovedor y delicado trabajo, de gran respeto por una protagonista única mostrada como se debe.