Marguerite

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

Anarquía francesa

"Marguerite" cuenta la historia de una mujer adinerada, amante de la ópera. Desde hace años canta regularmente frente a su círculo de amigos, pero lo hace absolutamente fuera de tono y nadie se atreve a decirle la verdad. En sus dos horas de duración el clima va del humor a la ternura y del patetismo a la redención, con gran ritmo y elocuencia.

De las mismas tierras que Coco Chanel, llega la historia de Marguerite Dumont (Caterine Frot), una baronesa muy adinerada que era el mejor secreto de Francia. El rumor que corría en el ambiente musical europeo por los años 20 era que su divina voz era un canto de ángeles, y sólo su entorno cercano podía escucharla, se trataba del secreto mejor guardado de la nobleza y así quería permanecer.

Sin embargo, la realidad era que cantaba completamente fuera de tono, y nadie la sacaba de su fantasía. Un poeta anarquista ve hermosura en verdad en su voz, entiendiendo que, aun sin saberlo, Marguerite está rompiendo un esquema, rebelándose contra el claustro artístico de la alta sociedad y el snobismo de aquellos que se creen inalcanzables.

Dividida en actos como un filme de principios del siglo XX, “Marguerite” es tratado como un drama trágico que apunta a que todo termine de la peor manera, aunque en sus dos horas de duración el clima va del humor a la ternura y del patetismo a la redención, con gran ritmo y elocuencia.